Capitulo VII
"El Toro"
El Rejoneo: Origen, Evolución y Normas
El Toro
El toro por definición
debe tener
Bravura, edad y trapío
porque si la presencia del peligro
causado por el toro, las corridas se
convierten en una mala y aburrida comedia.
Bravura, edad y trapío
porque si la presencia del peligro
causado por el toro, las corridas se
convierten en una mala y aburrida comedia.
El toro de lidia, siendo la materia prima de
las corridas de toros, debe de reunir
ciertos requisitos para que estas tengan posibilidades de éxito, de lo
contrario, es imposible lograrlo, por
más voluntad y destreza que tengan loscaballeros.
Para las corridas de rejones en particular, es
preciso escoger toros de buena procedencia, de buena nota de tienta, bien
conformados, con la edad reglamentaria (ni menos de 4 años, ni más de 6), los
toros de deshecho, ya sea de serrado (toros
defectuosos físicamente) o de tienta (toros
que en la tienta no fueron aprobados por falta
de bravura o por ser de mala índole, también se aplica a las vacas), no sirven para el lucimiento de los
rejoneadores, porque no se pueden torear como mandan las reglas.
Las condiciones óptimas de los toros para
rejones se encuadran dentro de estos parámetros: Alegría, fijeza, bravura,
fuerza y temple; voluntad, prontitud y rectitud en la embestida, solo con toros
así puede un rejoneador citar de largo, hacer las suertes de frente, templar,
torear, mandar y matar correctamente.
La prueba de fuego de un toro bravo, son las
corridas de rejones, en ellas mejor que en las de a pie se puede comprobar la
bravura de los toros, porque en estas el toro debe aguantar la acometida del
caballo sin flaquear, que no es poca cosa, embestir de largo y seguir acometiendo
a pesar de los rejones de castigo; así mismo en estas corridas se prueba
localidad de los toros, los cuales deben estar fijos en el caballo, no
importando la distancia a que se les cite y de la misma manera se puede
reconocer su calidad, según la codicia, el temple y la clase con que embistan.
Desgraciadamente nos enfrentamos a la miopía de
empresarios y ganaderos que creen, o pretenden creer, que los festejos de
rejones no merecen toros de buena procedencia, sin considerar que tanto como en
las corridas de a pie, la materia prima de buena calidad es indispensable, y
por añadidura hay empresarios que tampoco distinguen a un rejoneador
profesional de un improvisado, así que juntan toros y rejoneadores de deshecho,
lo que definitivamente, acaba con la afición del rejoneo.
“Negro era el toro, y de color tiznado,
erizado de cerro y lomo altivo,
corto de pies, de manos apartado,
los ojos grandes, como fuego vivo,
de espeso remolino coronado,
en mirar espantoso y vengativo,
como un erizo levantando el vello,
de cuernos altos y arrugado cuello.”
erizado de cerro y lomo altivo,
corto de pies, de manos apartado,
los ojos grandes, como fuego vivo,
de espeso remolino coronado,
en mirar espantoso y vengativo,
como un erizo levantando el vello,
de cuernos altos y arrugado cuello.”
Pedro Medina “Medinilla”