Capítulo III (segunda parte)
EL REJONEO: Origen, Evolución y Normas
Publicado por: Hassan González
Mencionar a José Rosa Rodríguez, caballero
obsesionado por el temple (habilidad de
los rejoneadores de regular velocidad de desplazamiento de sus monturas en
relación a la embestida de los toros, para mantener un vínculo de unión entre
ambos), es explorar el origen del toreo a caballo moderno. Este torero,
cuya pasión juvenil era el toreo a pie, practicó mucho esta faceta de la
tauromaquia en los tentaderos de los amigos paternos, en los cuales se hablaba
mucho del temple, el cual, sin embargo, nunca estuvo presente en la lidia de
las vaquillas que se tentaban, porque simplemente ninguno tenía el don de este
elemento tan preciado para el ejercicio de la tauromaquia.
No obstante,
en una tienta (Prueba que se hace a los
toros, generalmente a los dos años de edad, para determinar su calidad y de la
cual depende su destino, que puede ser: semental, corrida de toros, novillada o
deshecho. Lo mismo se pone en práctica para las vacas, para dedicarlas a la
cría o al rastro) en la ganadería de Pino Barreiros, a la que fue invitado
Domingo Ortega, y en la que tentaban unas becerras muy duras, a las cuales
nadie de los presentes podía colocar al caballo (Llevar al caballo del picador para ser picado) surgió, así como si
nada, el toreo de Domingo Ortega quien desplegó su capa y las embarco en ella
toreando con languidez, esbozando con el capote lances lentos, increíblemente
lentos y de esa manera, dominó sin esfuerzo a las ásperas vaquillas que le
echaron a las que imprimió su ritmo, ritmo de su toreo.
Ese día, José
Rosa Rodríguez, mirando torear a Ortega comprendió lo que era el temple y quedó
maravillado. Y a pesar de su gran afición por el toreo a pie, sus incursiones
cinegéticas a caballo y la adquisición que hizo de un magnífico y bien
adiestrado corcel llamado “Enimy”, que poseía la virtud del equilibrio, Rosa
Rodríguez, que tenía la obsesión por el temple, porque lo llevaba en las
entrañas, sintió por primera vez, a caballo, la maravillosa sensación de lo que
buscaba a pie. La emoción lo cautivó y decidió implantar el temple en el toreo
a caballo. De esta manera emprendió lo que llamó, Cruzada a favor del Temple en el Toreo a Caballo, la cual fue
apoyada por caballeros de la época, como Fernando Sommer d´Andrade, Duarte de
Almeida, Joao Cabral y algunos otros quienes se sumaron a este movimiento.
José Rosa
Rodríguez se retiró en la década de los cincuentas, habiendo obtenido muchos
éxitos a lo largo de su carrera, en la que su empeño fue implantar un toreo más
rítmico, más acompasado, más cadencioso, lo que en términos taurinos llamamos
temple. A pesar de que su cruzada causó escepticismo en algunos sectores del
gremio, su intento fructificó en las precedentes generaciones de toreros
portugueses y sentó las bases del toreo moderno, que alcanzó su máxima
expresión en el lento y armonioso toreo de Joao Moura, quien ha llevado el
temple en el toreo a caballo casi a la perfección y ha inmortalizado caballos
como “Ferrollo”, “Importante”, “Sandokan”, “Vino”, “Carbón”, “Azúcar”, “Café”,
“Bucanero” y “Futbolista”, entre otros, por su maravillosa forma de torear.
José Rosa Rodríguez, caballero portugués que
obsesionado por el temple en el toreo a caballo, emprendió una cruzada para
establecer la lentitud del toreo ecuestre, que años más tarde dio frutos en las
nuevas generaciones, encabezadas por Joao Moura.
También
son dignos de mención, los caballeros, Francisco
Mascarenhas, hombre de gran prosapia caballeresca y heredero de una gran
tradición taurina, José Maldonado Cortes,
quien fue varios años líder del escalafón en Portugal y que vivió entre
nosotros, en la ciudad de San Luis Potosí donde fue muy estimado, se presentó
en la plaza México
el 17 de Febrero de 1980 toreando al toro “Mago” de la ganadería de Soltepec, José Mestre Batista, que con su
espectacular toreo de frente llenó los cosos de entusiastas seguidores.
![]() |
José Cortes |
José Samuel Lupi, quien rejoneó 108 corridas en España
el año de 1971 y formó parte de la famosa cuarteta de los “Jinetes de la
Apoteósis”, electrizó con sus quiebros y su espectacularidad a la afición
peninsular. Nació el 5 de Mayo de 1931, en Lisboa.
Miembro de
una familia dueña de una importante yeguada así como de una vacada de reses
bravas, su destino como rejoneador fue manifiesto. Desde muy temprana edad
adquirió, en la heredad paterna los conocimientos que lo llevaron poco tiempo
después a dedicarse a la profesión taurina.
Fueron sus
maestros dos grandes del toreo portugués, Joao Branco Nuncio y Francisco de
Mascarenhas. A los 16 años ya con un considerable bagaje de conocimientos se
presentó en público en Villa Franca deXira, sin embargo, antes de dedicarse de
lleno al toreo profesional, decidió terminar sus estudios de ingeniería.
Habiéndose
graduado tomó la alternativa en el coso de Campo Pequeño, el 16 de Junio de
1963 de manos de su maestro Joao Branco Nuncio. Se presentó en Madrid el 12 de
Abril de 1964. Su carrera fue por demás exitosa y solo fue interrumpida por
algunos percances.
El año de
1971 debutó como ganadero en la plaza de Barcelona, en la que vio en los
carteles el nombre de la Sociedad Agrícola de Río Frío, tal es el nombre de su
ganadería. Estuvo en activo hasta el año 1977, no obstante su última actuación
data del año de 1983
![]() |
José Samuel Lupi, propietario de la Heredad de
Río Frío, ejecutando una suerte de caras, como los grandes
|
Manuel Jorge de
Oliveira, quien así
como Lupi fue un espectacular ejecutor de los quiebros, Joao
José Zoio, que no se quedaba atrás, por la espectacularidad de su toreo y Joao Salgueiro, que tiene la
responsabilidad de pertenecer a la tercera generación de toreros ecuestres que
ha dado su familia y que fue quien esbozó la forma de cargar la suerte lo que
dio paso a otra etapa del toreo de caras y de quien los mejores rejoneadores hispanos toman ejemplo; Inventó la
espectacular suerte llamada “La Paradinha” (La Paradita) que más tarde se
adjudicaron los rejoneadores españoles, rebautizándola con el nombre de “Vuelo
del Águila” o algo así, su toreo se caracteriza por el temple y la suavidad.
Entre otros lauros, cuenta con haber sido el
triunfador de la temporada 2003 de Portugal. Todos ellos han enriquecido con
aportaciones distintas al toreo a caballo, gracias a su inventiva, a su
talento, a su arrojo y a su monta académica puramente lusitana.