domingo, 18 de enero de 2015

ASÍ QUE LA ALIANZA CON LOS MEXICANOS ERA MENTIRA… ROTO EL SECRETO, SOLO CABE ESPERAR A LOS HECHOS.

Foto: Javier Arroyo.
Por J.A. del Moral.

Hace varios días y a través de distintas fuentes, alguna ciertamente importante, me hicieron llegar el rumor de que los empresarios  Simón Casas y José Cutiño se iban a unir con el multimillonario empresario, ganadero e industrial mexicano,  don Alberto Bailleres, al parecer más que dispuesto a ayudarles y a compartir negocios taurinos con ambos.
Si no quise entrar al “trapo” fue por estricta prudencia a la vista de las muchas negativas que obtuve en las que se me afirmó tajantemente que todo eran “inventos”.  Pues bien, ahora resulta que tales “inventos” eran absolutamente ciertos y, por ende, el pasado jueves fueron descubiertos con elegante bombo y platillo por los interesados, si bien el principal del acuerdo no estuvo presente aunque fue representado por el ex-matador de toros y ya famoso acompañante-apoderado de Morante de la Puebla, Antonio Barrera.
El total secretismo con que se ha llevado este affaire, el no dar la cara ante la prensa el señor Bailleres y las declaraciones rimbombantes de los ayer protagonistas del acto, me llevan a un cierto mosqueo…
Porque, vamos a ver.
En el toreo no hay más cera que la que arde pese a todos los inventos y centros florales que le quieran poner. Esto no quiere decir que nos pongamos en contra. En absoluto. Cada cual es libre de asociarse y de actuar como le convenga ateniéndose  a las leyes del mercado y a la libertad de empresa.
Por eso tendremos que esperar a ver en qué se traduce todo esto, cómo se actúa, qué carteles se anunciarán – ganaderías y toreros-,  como combinarán y con qué intensidad los espectáculos, con qué precios y con qué formas de vender la mercancía.
Por lo demás, la unión anunciada es lo que será un grandísimo monopolio. ¿O no? Porque ¿qué busca el señor Bailleres?
Mandar en el toreo en Europa. Extender sus dominios, vamos. Para eso empleará la fuerza de sus muchísimos millones. Lo que me lleva a pensar que lo que han buscado sus nuevos socios son precisamente esos millones que ahora mismo no tenemos. Ni ellos ni nadie.
España no es México y ya sabemos cómo están allá ahora mismo las cosas del toro. No vaya a ocurrir que tengamos que padecer una rápida mexicanización de la Fiesta. Si así fuera, nos pondríamos en contra.