Chenel, en el Olimpo
MundoEstribo
Se fue el heredero de Cagancho. Un caballo legendario, posiblemente el más importante del toreo a caballo de los últimos ocho años, que forjó su leyenda en perfectos trincherazos por terrenos imposibles sólo dignos de elegidos.Chenel, de la cuadra de Pablo Hermoso de Mendoza, nos dejó este jueves en Colombia, a la espera de los primeros compromisos de su jinete. Setecientos cincuenta toros lidiados. Setecientas veinticuatro actuaciones, la friolera de mil setecientas noventa y tres banderillas… pero más allá de esas cifras de Guinnes, se esconde una biografía histórica, de uno de los más grandes caballos toreros de todos los tiempos.
Hijo de Gallo, Chenel nació en Estella el 1 de enero del año 2000, precisamente el día que comenzó el nuevo Milenio y en una fecha tan atípica para el nacimiento de equinos en la finca de Zaraputz, porque suelen producirse los nacimientos en primavera.
Fue el primero de una larga estirpe de caballos precoces en el toreo y así su debut llegó en México, en la plaza deJerez de García Salinas (Zacatecas) el 20 de febrero de 2.004, cuando con cuatro años paró de salida un toro de la ganadería de Refugio Peña. Pronto, Pablo se fue quedando con la calidad y habilidad que el caballo poseía y sobre todo con esa cabeza privilegiada que le daba la posibilidad de asimilar muy rápidamente las enseñanzas. Esa temporada en México actuó en quince tardes. Alternando los tercios de salida y afianzándose ya como caballo de banderillas.
Llegó a la temporada española y aquí es donde Chenel ya rompió en caballo figura. Apenas en su quinta actuación y con el incomparable marco de la Real Maestranza de Sevilla, Hermoso de Mendoza colocó cinco banderillas montando a Chenel, que cuajó una gran actuación y que al final compartió vuelta al ruedo con su jinete. Era curioso ver a Chenel, todavía con cuatro años, asustarse de sombreros, ramos de flores y demás objetos que les lanzaban en la vuelta al ruedo, sobre todo, cuando minutos antes había estado jugueteando y disfrutando ante un toro con toda la barba.
Este fue un punto de inflexión en la carrera de Chenel porque a partir de entonces, ya no era un desconocido….ya era el sustituto natural del mítico Cagancho. Porque tras la retirada del famoso cuatralbo, Hermoso había montado a grandes caballos como Batista, Gayarre, Danubio, Albaicín… todos hacían una gran cuadra, pero sin un líder destacado. Ese liderato pronto lo ocupa Chenel y lo confirmaría a los pocos días en Madrid, donde un emocionadoAntonio Chenel Antoñete seguía las evoluciones de este caballo que parecía que flotaba cuando galopaba de costado delante de los toros.
Además de su calidad y de su poderío, Chenel tenía otras características como era el poderío físico. Una constitución de un atleta de máxima competición, condición que por ejemplo le permitió actuar en Cali (Colombia), en la histórica tarde del 28 de diciembre de 2.011 con cuarenta grados de fiebre y bordar el toreo ante un bravo toro de Ernesto González que a la postre resultaría indultado por el rejoneador navarro.
Aquella tarde Chenel dio todo lo que tenía dentro y a pesar de sus problemas de salud y del fuerte calor en el ambiente, parece como si supiera que era un compromiso muy importante para su jinete, he hizo que en el ruedo la fiebre ni se notara.
Otra cualidad, era su belleza en la cara del toro, su naturalidad y su crecimiento cuando llegaba a los terrenos del astado. Nunca se vio a un Chenel agresivo, porque no lo era, ni a un Chenel fácil en la suerte, porque no iba con él. A Chenel le gustaba lo que hacía, al joven Chenel le gustaba jugar a torero y sobre todo le gustaba ‘gustarse’, le encantaba colocar al toro en el estribo, pero sin perderlo de vista, haciéndose un arco y dejando que Pablotuviera la máxima facilidad para dejar la banderilla. Y si en la banderilla era un caballo único, a la hora de templar al toro de costado ya eran palabras mayores. Llevó a lo más alto el camino comenzado por su tío Cagancho y que llevó a su máxima expresión en el remate por los adentros, en eso que se llamó Caganchina y que con Chenel se transformó en un latigazo seco, pasando por terrenos imposibles entre las tablas a la manera de un perfecto trincherazo.
No fue un caballo muy castigado por las astas de los toros y apenas le contamos un puntazo en el pecho, de apenas unos centímetros, en Pamplona el 6 de julio de 2005 y que lo tuvo apenas diez días sin actuar. Si tuvo algún susto más en caídas galopando de costado, todas sin consecuencias, pero con el consiguiente sobresalto. Recordamos algunas en Teruel, Arles, Huelva… pero sin duda, la más angustiosa fue la que ocurrió en Ejea de los Caballerosel 26 de agosto de 2.012 cuando Chenel perdió el equilibrio y el toro lo tuvo a su merced durante un buen tiempo en el suelo, recibiendo varios pitonazos en la barriga porque quedó totalmente a su merced. Cuando se pudo liberar al caballo, afortunadamente, no había herida abierta y solo varias contusiones, alguna de importancia, que lo tuvieron fuera de la competencia durante dieciocho días.
Pero no fue un toro, sino un mal paso dado en Logroño, en la plaza de La Ribera un 22 de septiembre de 2012, lo que le produjo una lesión de ligamentos en su posterior derecho y que esta sí que estuvo a punto de retirarlo de los ruedos prematuramente. Solamente la buena operación realizada en la Facultad de Veterinaria de la Complutense de Madrid y el alargado espacio de recuperación hicieron que Chenel catorce meses después reapareciera en la plaza de Tambillo (Ecuador) y volviera a deleitar a los aficionados con su añorado toreo.
A partir de esta fecha, pudimos disfrutar de un Chenel más cuajado, más veterano y que posiblemente nos haya dado en esta temporada 2014 sus mejores momentos en cuanto a templanza y despaciosidad. Nos quedan en la retina tardes como la de Bilbao, Logroño, Nimes, Navaluenga... Muchas tardes en la que pudimos disfrutar de la competencia entre el y su hermano Disparate, figura emergente en la cuadra de Pablo y ahora su sustituto en el trono del toreo.
Curiosamente, Disparate es el caballo que ha puesto de moda la Hermosina o Mendozina, una suerte que Pablo ya había tratado de hacerla con Chenel y que fue el primero en ejecutarla. Pero Pablo no sintió muy a gusto al caballo con esos cambios de grupa y lo dejó hasta encontrar otro caballo para hacerla. Precisamente, este año, el propioChenel la ejecutó en varias tardes.
Chenel nos deja muchas imágenes para la historia del toreo a caballo, nos deja más de setecientos cincuenta toros lidiados en setecientas veinticuatro actuaciones, en las que permitió que Hermoso de Mendoza colocara nueve rejones de castigo y la friolera de ¡!!Mil setecientas noventa y tres banderillas!!!!!... La última de ellas enZaragoza el 10 de octubre de 2.014.
Ahora se ha ido, en silencio, sin poder recibir el cariño de los aficionados en un adiós merecido y soñado por su amigo Pablo y separado de el por un frío océano Atlántico. Se ha ido galopando de costado hasta el olimpo de los caballos toreros donde le esperan su padre “Gallo”, “Fusilero”, “Mazantini”, “Mariachi”, “Sármata”, “Roncal” o su hermano “Pata Negra” y desde donde seguirán contemplando las evoluciones de sus hermanos, primos y demás productos de esa factoría de caballos toreros que es la finca Zaraputz, en Estella.