miércoles, 24 de diciembre de 2014

Ocho con Ocho Cabeza de torero 

Por: Luis Ramón Carazo.

Alguna vez el gran artista de los ruedos que lo fuera Pepe Luis Vázquezespañol del Barrio de San Bernardo en Sevilla comentó en una entrevista: “la cabeza es fundamental para estar delante del toro; al toro hay que poderle con la cabeza” Desconozco si lo sabe o no Fabián Barba pero el domingo 21 de diciembre de 2014 con los astados de La Punta, de los cuales (excepto el segundo con cuernos de plátano) fueron de los encierros mejor presentados en el transcurso de la Temporada Grande, la mejor descripción que se puede hacer de sus faenas, es que Fabián a sus toros les pudo con la cabeza.
Supo entender la distancia correcta y como presentar los engaños para provocar la poca acometividad que demostraron los toros punteños, tanto les pudo, que los animales de su lote acabaron por rajarse y buscaron el refugio de las tablas y la huida ante la muleta artística de un torero que me parece que atraviesa por un gran momento. Con el capote estuvo soberbio.
La larga preparación desde sus épocas iniciales en Aguascalientes y Madrid, le va rindiendo dividendos al torero que se ha forjado en el esfuerzo cotidiano de quién se sabe poseedor de la fórmula para eventualmente ascender a otras alturas del toreo, es me parece el momento ideal (como lo comentábamos sobreFermín Rivera) de serle posible el que vaya a Europa y demuestre su elegante y reposada tauromaquia, ambos con base en la seriedad y el toreo clásico, cada vez más son reconocidos por los aficionados y profesionales del toreo.
Por su parte el capitalino Alfredo Gutiérrez ha tenido una actuación muy convincente con sus dos astados, el primero soso y el segundo que terminó por embestir con cierta claridad, en ambos pero en especial en el segundo de su lote logró momentos muy importantes que no redondeó con el acero. Se refleja también que con la madurez va adquiriendo reposo y sello propio, la guía deJorge Gutiérrez su tío y gran figura del toreo antes de su presentación en La México, seguro le sirvieron para establecer claramente el rumbo que pretende mantener de aquí en adelante.
El detalle de Alfredo al lidiar al cuarto con la montera puesta, nos recordó al alicantino Luis Francisco Esplá quién en España cuando veía que el astado en turno iba a ser para una faena de batalla se la calzaba en la faena de muleta, para demostrar al tendido que no se arredraría de intentarla, el cuarto toro fue el de mejor recorrido de los punteños pero mucho se debió a la claridad de idea de Alfredo que supo entender y extraer lo positivo del astado.
A los dos los veremos con gusto en el resto de la Temporada Grande.
Quién si nos decepcionó fue el vallisoletano Leandro Marcos, en el segundo pudo dejar un poco de constancia de su concepto del toreo (justamente protestado por su pobre encornadura) pero con la espada fatal y en el quinto (sin haber motivo) se pegó una espantada que provocó protestas generalizadas de la concurrencia magra que asistió cabalmente a la novena corrida de la serie de doce programadas para la primera parte.
Me parece que por lo realizado por Barba y Gutiérrez, el trapío de los astados y la seriedad del juez de plaza Gilberto Ruiz Torres (quién atinadamente no entregó un trofeo que se pedía con insistencia pero que negó por la falla con la espada de Alfredo) se redondeó a mi modo de entender una tarde muy interesante y de muchos detalles como el gran puyazo de César Morales al sexto que nos permite cerrar con deseos de Feliz Navidad y Año Nuevo.