ES LO QUE DIGO YO: MORANTE, LA LIBERTAD DEL GENIO.
“El arte es sobre todo un estado del alma.” Marc Chagall.
Por: Luis Cuesta
La corrida de Fernando de la Mora no funciono como todos esperábamos, ya que salvo el corrido en tercer lugar, el resto de los astados dejaron mucho que desear. La pregunta es: ¿Quién elige estos encierros? ¿Eran estos toros lo mejor que tenia el ganadero para la Plaza México en cuanto a presentación?
Vaya usted a saber porque estos toreros tienen veedores, expertos taurinos que acuden al campo y les eligen los toros: este, sí; aquel también, este no porque es muy ofensivo… ¿Y el ganadero? Pues se supone que ofrece lo mejor de la casa para este tipo de corridas, sin embargo ya sabemos que los toros no tienen palabra de honor.
La entrada tampoco mejoro, algo pasa pero la gente no está acudiendo a la plaza como debería, el cartel de ayer lo ameritaba.
Si tan solo esta fiesta en la capital no hubiera perdido hace tiempo la seriedad, otra cosa seria…
Morante de la Puebla regresaba a sacudirse la mala suerte que lo perseguía en esta plaza durante los últimos dos años y por momentos logro unificar criterios. Pero Morante es un ave de las tempestades y así como levanta pasiones, también despierta la ira de la afición.
Fue con el quinto de la tarde cuando Morante destapo el frasco de las esencias del arte y realizo ese toreo purificado y honesto tan suyo. Con el capote, primero, y con la muleta, después, toda su faena fue un ejemplo de bien torear, ante un medio toro.
Que largos y sentidos fueron los naturales, hubo un par de tandas de derechazos que calaron fuerte en el tendido que ya para ese momento crujía ante el toreo de Morante, después un remate de pecho que pareció eterno. La faena fue sin duda un prodigio de gracia e inspiración.
Pero en el universo morantista algunas veces como en las grandes obras no existen los finales felices y la faena no lo tuvo, lo cual fue una pena porque se lo merecía el diestro de la Puebla del Río. Tras una estocada defectuosa sonó un aviso justo cuando Morante se disponía a apuntillar al astado en una escena barroca.
A pesar de todo la gente pidió la oreja con fuerza pero el juez no la concedió ¿Pero que importan las orejas cuando se torea como torea este hombre? La vuelta al ruedo fue pletórica y una gran recompensa para un torero que hace del toreo de ensueño una realidad.
Con su primero Morante hizo un loable esfuerzo pero el toro no valía nada y aquello fue imposible. El público lo abucheo injustamente.
El Zotoluco tuvo un lote infumable, pero se justificó en su primero, ante un toro soso y complicado que ni embestía con claridad ni dejaba de embestir; de esos toros que desorientan y engañan, pero al que le cortó una oreja por una estocada perfecta. El segundo de su lote era un inválido. Con un rictus amargo en el semblante se marchóEl Zotoluco cuando lo logro pasaportar de un estocanazo, tras una larga e intrascendente faena.
Diego Silveti tiene una suerte privilegiada en los sorteos y ayer no fue la excepción. Su primero de nombre Anda Solo era un toro de puerta grande, pero el triunfo no llego. Se lució en algunos momentos con el capote y destacó en alguna serie de muletazos, pero su labor en conjunto fue de una preocupante medianía por los altibajos en los que tránsito.
Menos revolucionado que en otras tardes, Diego no consiguió conmover y emocionar del todo a la afición que esperaba que conAnda Solo resucitara definitivamente y superara el fantasma deFarolero de Barralva de la temporada pasada. Quizás si lo consigue matar al primer intento le hubiera cortado una oreja, pero aun así era un premio menor para un astado de la calidad de Anda Solo que recibió los honores del arrastre lento.
Con el sexto de la tarde sucedió casi lo mismo que con Anda Solo, pero hacia el final de la faena cuando recurrió a un repertorio basado enbernardinas y sanjuaneras en las que expuso mucho el físico, la plaza rompió con Silveti. Mato al segundo intento y el público le concedió una oreja que fue un premio al esfuerzo realizado.
Al final el triunfador sentimental de la tarde fue Morante de la Puebla, que sin cortar orejas pero con su torería, ha llenado la Plaza México de momentos realmente sublimes a lo largo de toda la tarde. Dejándonos un aroma añejo de ese toreo clásico de Curro, de Paula,de Cagancho, de Pepe Luis o del Gallo que parece que está desapareciendo y en Morante esta su ultimo exponente.
Es lo que digo yo.