viernes, 26 de junio de 2015

A los emergentes como J.Adame y López Simón no los veo en las Ferias

A LOS EMERGENTES COMO JOSELITO ADAME Y SOBRE TODO LÓPEZ SIMÓN, NO LOS VEO EN LAS FERIAS

Pues no los veo en las ferias.
Por: Ricardo Díaz-Manresa.

Pues no los veo en las ferias. Los emergentes Joselito Adame, Pepe Moral, Juan del Álamo, Eugenio de Mora, Morenito de Aranda, Jiménez Fortes,  y sobre todo López Simón –dos puertas grandes en las Ventas en un suspiro- no huelen las ferias.
Y hay algunos más por ahí : Nazaré, David Galván y los hermanos Jiménez, etc., pero sin fuerza, recorriendo el  camino poco a poco.
Sí, algunos en San Fermín, que es una feria muy justa y barata en el doble sentido que pone a los nuevos que lo piden por sus triunfos y les paga bien, dicen que mejor que en ninguna otra parte, pero al lado de los honorarios de las figuras, a las que llevan poco, hay años luz. O sea, justicia y buena administración.
En Pamplona pueden hacer eso porque tienen la plaza llena sean los carteles malos, regulares, buenos o muy buenos. Y saben aprovechar esa situación porque los ancianos a los que van destinados los beneficios se lo merecen todo.
También los ponen en Bayona y además Francia sabe premiar en general los méritos contraídos. Menos mal que Adame y Garrido están en Bilbao.
Pero poquito poquito. Hasta tal punto que ha habido una polémica en el país galo este fin de semana porque López Simón, que no acaba de ponerse bien de la cornada de Madrid, aunque fue el pasado 2 de mayo, estaba anunciado el sábado en La Brede, y no fue, y aceptó ir el domingo a Istress para sustituir a Manzanares, en un cartel de figuras. Como no  estaba recuperado del todo, prefirió arriesgarse junto a dos grandes, y acertó, antes que torear dos días seguidos por si no respondía. Se lamenta el alcalde de La Brede y el torero da toda clase de explicaciones pero es que siguen sin hacerle caso. Y este es un triunfador destacado de la Feria de la Comunidad y de San Isidro. Pero no.
Tampoco, ante el coro de clamores –sorprendente- que rodea a Urdiales, no pasa de alguna corrida en Francia, un cartel en Bilbao acompañado de figuras como en Madrid y después en su Logroño.
Y es que para romper el mapa feriante –y más en estos tiempos- hacen falta triunfos rotundos, de los que conmueven y pasman a la afición. Y la verdad,  las orejas de los espectadores de aluvión de Las Ventas por mucho que griten para reblandecer al presi de turno no abren puertas.
El negocio, cuando hay, está montado con las figuras. Y de las seis o siete deben poner a tres para tener asegurados los tres cuartos. Colocan a uno nuevo, que se lo merece pero no lo conoce el gran público, y el cartel se queda cojo de cara a la taquilla y quizá después incide en el caché de los de arriba que no llevan suficiente público. Así que es difícil que entre alguno de los emergentes, como se dice ahora, y con abrelatas.
Tampoco vale para allanar el camino la propuesta tan bienintencionada como descabellada de dejarles que abran los carteles rompiendo la tradición, la liturgia y la cordura. Así ninguno de los veteranos tendría que ser cabeza de terna, que no les gusta. Ansían uno por delante. Necesidad que ha llevado a torear a más de un veterano más de la cuenta porque no se lo merecía.
Hacen falta triunfos rotundos, cerrados, inobjetables  -y con repercusión, que esa es otra, en los medios informativos, especialmente en la tele- porque en caso contrario se diluye esa orejita u oreja como azucarillo en el café. Ni se ve y se nota poco.
Los dos casos con más esperanza que necesitan toros ahora son José Garrido y López Simón pero pregunte en encuestas a ver quién los conoce y tiene interés de verlos. Y, salvo el caso de Pamplona y por supuesto el de Madrid, todas las demás ferias, todas, de primera y segunda, necesitan carteles fuertes y es muy difícil dar oportunidades, que sería lo lógico, lo justo y lo futurible. 
En Madrid, el que dio en el clavo fue Castella. Pues bien, en el telediario del último día de San Isidro, en el de las nueve de la noche, apareció el torero francés en directo como si de un deportista se tratara, de los que ganan títulos o grandes premios. Como debería ser siempre. Pero nadie se acordó de López Simón o de Rafaelillo.
Reaparecen los Rivera Ordóñez y los colocan porque son conocidos en el toreo y sobre todo en las revistas y programas de eso que se llama, corazón, rosa o hecho para entretener. Y ellos lo aumentan dando entrevistas e incluso brindado toros a sus respectivas parejas.
El Cordobés Díaz torea más de lo que debiera por tener un hueco en el medio extra toreo de los alcachoferos. Y no me dirán que el caso de Miguel Abellán no está claro. De gran olvidado y retirado  a salir en la tele en “Mira quien baila” y meterse en todas las ferias y carteles fue ver y no ver.
Me gustaría que los emergentes recibieran mejor trato, pero esto está así. Que corten dos rabos cada uno en Pamplona y verán si los ponen a no después aunque la temporada esté bastante hecha. Nos queda todavía septiembre.
Manolo Escribano resucitó en Sevilla, un abril, y empezó a torear mucho a mitad de agosto y sobre todo en septiembre y desgraciadamente aquella cornada tan grave lo paró.
El negocio está muy cerrado pero no herméticamente. Y me fastidia lo de los emergentes. Tengo que repetir que no los veo en las ferias. Pues no y no es bueno.