miércoles, 24 de junio de 2015

Un mundo raro....

UN MUNDO RARO

Por: Jaime Oaxaca



24 de junio de 2015.- La plaza de Cinco Villas provoca que uno se sienta en mundo raro.
Es una plaza de primera categoría, los reglamentos taurinos las definen de acuerdo al aforo, pero la verdadera categoría, la que vale, se gana con la seriedad del toro que se lidia. En Cinco Villas echan las novilladas bien presentadas.
Es un mundo raro, como el título de la canción de José Alfredo Jiménez (1926-1973), así se percibe en la plaza ubicada en la población de Cuautlalpan, Edo. de México, muy cerca del Distrito Federal.
Por principio no es normal que en lugar de pagar un boleto para entrar, los asistentes tengan que llevar tres kilos de ayuda que puede ser de arroz, frijol, lentejas o azúcar, comida en latería, pañales desechables, etc., en dinero unos 60 pesos (3 euros). Lo que se reúne no se le queda al empresario Luis Maco Sirvent o a su esposa Lucero Domínguez, lo donan a la casa hogar Divina Providencia.
El lugar es Hermoso. Las instalaciones cuidadas, amplios jardines con algunas esculturas taurinas, una calesa pasea a algunos chavales; los baños limpios, hay agua en los sanitarios y lavabos, también jabón y toallas de papel para secarse, inclusive al final del festejo. Para entrar al tendido proporcionan un cojín sin costo, junto con un impreso sin publicidad, con los datos de toreros, ganaderías y un texto con un extracto del reglamento taurino.
El tendido consta de cinco o seis gradas, una parte es un palco para invitados especiales. El ruedo tiene dos puertas de acceso, su arena como la Maestranza de Sevilla, hay callejón. Llama la atención que los cuatro burladeros son del mismo tamaño y el elegido para matadores está ubicado junto a toriles en lugar de ocupar el situado enfrente.
No hay vendedores en el tendido, una buena banda de música ameniza el festejo, no toca durante la faena de muleta; una vez que dobla el quinto se anuncia que, tal como se hace tradicionalmente, se interpretará una jota cuando salga el sexto. El público tiene buen comportamiento.
¿Y el toro? ¿Qué pasa con la materia prima? Porque de nada sirve que todo esté muy bien, si lo que sale por toriles carece de relevancia.
¡Sorpresa! Sale el novillo bien presentado, animales como los que se ven en corridas de toros en plazas de segunda y hasta de primera; Sólo que acá salen astifinos. Da la impresión que no los despuntan. ¿A poco no es raro?
En Cinco Villas sólo se organizan novilladas, aunque en días próximos habrá un festival con matadores de toros.
El pasado sábado se lidiaron tres ejemplares de Lecumberri y tres de Carlos Castañeda, con trapío, complicados, algunos con genio, otros sosearon. Los seis novilleros, unos más que otros, se la jugaron, no están acostumbrados a novillos de esa catadura y menos en puntas.
El peligro estuvo latente todo el tiempo, matadores y subalternos se la rifaron. El peligro provoca emoción, impide que los asistentes se aburran. El peligro no permite que la gente se divierta; cuando un torero arriesga la vida ante un animal que en cualquier momento lo puede herir o matar, no es divertido… es emocionante.
El negrito en el arroz fue la suerte de varas. Les dieron fuerte a los bureles. Al segundo y tercero los castigó en demasía un joven aspirante a picador y en el quinto picó en los medios; pareció que en ocasiones se utilizó una puya más grande de la reglamentaria. Al sexto le dieron un puyazo en la paleta, evidentemente el burel se paró y terminó por echarse.
Destacó el valor y actitud de Gerardo Solís, un chaval duranguense, quizá el menos toreado, decidió pararle a su novillo que lo anduvo buscando todo el tiempo; la estocada de Xavier Gallardo, la brega y banderillas de Gustavo Campos y Diego Martínez, así como los pares del aspirante Fernando García hijo.
A los toreros no les cuesta dinero torear, ni siquiera tienen que comprar el novillo que lidian. La empresa paga el ganado, las cuadrillas, invita a comer a los chavales y creo que hasta les da una ayuda económica para sus gastos. La plaza cuenta con instalaciones para que los diestros se vistan y bañen ahí mismo, se ahorran el hotel.
En nuestro país, ¿cuántas plazas conoce usted así?… yo tampoco.
Es entendible que no todos pueden ser Mecenas. No dudo que haya empresarios bien intencionados que realmente trabajen a favor de la fiesta, tienen todo el derecho de ganar dinero porque arriesgan un capital. El problema es cuando engañan y estafan presentando algo diferente a lo que anuncian, entonces es cuando la puerca tuerce el rabo. Con respecto a las novilladas, en ocasiones se vale que para organizar una, les pidan a los toreros que paguen su astado, porque asiste poco público. Pero una cosa es la cooperación y otra meterles la espada a los novilleros robándoles y engañándolos, esta situación es frecuente en el medio.
En Cinco Villas suceden hechos diferentes a la cotidianidad taurina. Eso lo hace un mundo raro.