Por: Luis Cuesta
La fiesta de los toros en México vive estos días entre la incertidumbre (nada nuevo) y algunos vientos de cambios que se avizoran en el panorama. A continuación vamos a analizar tres ejemplos de ello.
CINCO VILLAS: La empresa de Cinco Villas continúa con su eterna temporada dándoles oportunidad a algunos jóvenes y promoviendo la fiesta a su manera. Sin embargo muchas dudas quedan en el aire en cuanto a la gestión empresarial de Don Luis Marco. ¿Cuál es el plan? Es cierto que es importante ayudar a promover la fiesta y buscar nuevos valores, pero no hay que olvidar que lo que organizan son novilladas y éstas han de ser ante todo eso, NOVILLADAS y no corridas de toros de plazas de 2ª categoría que es lo que se está ofreciendo a estos principiantes en ese recinto.
Hay que ayudar a los novilleros pero no hay que meterlos en un “circo romano” a pelearse con verdaderos “marrajos” de desecho, sobre todo cuando estos jóvenes como ya hemos visto, no tienen las aptitudes técnicas para solventar esa papeleta.
Es sin duda una loable labor dar festejos menores en estos tiempos, pero cuando las cosas van de más a menos, es quizás tiempo de hacer un alto y replantearse los objetivos, porque el fin no debe de ser el hacer fiesta solo por “hacer fiesta” porque al final las buenas intenciones terminan por distorsionarse.
Es momento de dejar los egos y las adulaciones, para enfocarse en un proyecto que no se centre exclusivamente en el “aquí y ahora”, porque este como hemos visto, sencillamente, no tiene futuro a largo plazo.
CASA TOREROS: Por otro lado Casa Toreros continúa apoyando y buscando nuevas fórmulas para atraer más público a las plazas de toros que comandan Pablo Moreno y Juan Pablo Corona.
Este grupo empresarial ha entendido que no todo es ofrecer discursos positivos o esperanzadores y que los festejos taurinos, a pesar de su excepcionalidad y su componente artística y cultural, no pretenden más que satisfacer una necesidad o una demanda de la afición.
Hoy en día, la oferta de ocio es enorme y cada vez se hace más complicado captar nuevo público, en ese aspecto Casa Toreros ha logrado una loable labor en la promoción que hacen por la Fiesta y que, actualmente, brilla por su ausencia en la mayoría de las empresas taurinas.
El mano a mano del pasado sábado en Morelia entre Antonio Mendoza y Andrés Roca Rey es una prueba más de la inteligente gestión empresarial de este grupo y más allá del resultado económico o artístico, la intención por presentar carteles diferentes y novedosos tiene que reconocerse.
Es necesario, ahora más que nunca, construir puentes que faciliten al máximo que, si alguien quiere ir o tiene un interés incipiente en los toros, le sea accesible acudir a una plaza de toros y con esa visión se trabaja en Casa Toreros. Enhorabuena.
PLAZA MEXICO: La empresa de la Plaza México lanzó una convocatoria novedosa en los últimos días a la que han nombrado: Haz tu cartel. Esta consiste en que la afición podrá construir los 12 primeros carteles, que son obligatorios para poder vender el derecho de apartado de la temporada grande 2015-2016.
Al final, los tres carteles más populares serán anunciados en la presentación de la temporada y entrarán en el derecho de apartado. Los carteles tendrán que ser enviados al mail haztucorrida@gmail.com, y la empresa se reserva el derecho de difundir la propuesta ¿Democracia pura?
La pregunta es ¿Este tipo de guiños con miras al tendido salvara a la empresa de otro fracaso en la próxima temporada? La respuesta es NO. La empresa tiene que entender que si el balance de la temporada pasada fue más pobre de lo esperado, se debió en gran parte a que nunca se le auguró éxito por la conformación del serial y un formato oxidado que ha terminado por echar al público de la plaza.
Demasiados factores se juntaron para que la temporada pasada no fuera exitosa, como la falta de seriedad con la que operan las autoridades en contubernio con la empresa, pero la realidad es que esto va a continuar mientras los protagonistas de la fiesta no regresen al único camino que puede salvar a la fiesta en la capital: La seriedad.
La seriedad es el único camino que queda para que no se pierda, de entrada a la poca afición que va quedando y de esta manera poder construir los cimientos para las futuras generaciones.“Haz tu temporada” es una idea novedosa, pero poco seria y formal siendo realistas, no hay que romperse la cabeza experimentado a estas alturas, solo hay que darle una revisada al pasado y a las bases que han sostenido este espectáculo durante siglos.
La afición no quiere realmente armar su temporada, básicamente lo que han venido pidiendo desde hace unos años es ver domingo a domingo rivalidad en el ruedo con combinaciones creativas, encierros bien presentados, hierros diferentes y no las mismas ganaderías que año con año fracasan y continúan regresando.
Los toros son cultura y la Plaza México tiene que convertirse en un recinto cultural durante su temporada para albergar exposiciones y eventos que despierten un interés más allá de un festejo taurino. Es momento de romper con la rigidez y hacer una inversión urgente para remodelar sus instalaciones y de esta manera poder competir con otros eventos masivos que han ido desbancado a la fiesta en los últimos tiempos.
Para ello es necesario edificar alrededor de la temporada una serie de servicios para el aficionado (valor añadido) que le faciliten o le hagan más atractivo su consumo. Existen posibilidades infinitas, pero al parecer el principal problema hasta el momento ha sido la poca voluntad para ponerlas en práctica.
Otro punto que la empresa debería de considerar, es recordar que la afición quiere empaparse de toros durante la semana y no únicamente los domingos, pero se empeñan en poner los cerrojos a los corrales de la plaza, mientras que hace no muchos años prevalecía la entrada libre y las puertas estaban abiertas días antes de los festejos. Resulta determinante enseñar el producto, de tal manera que sirvan de aglomerante para la creación de vínculos afectivos entre el aficionado y la Fiesta.
Todo lo anterior son solo algunos puntos que podrían beneficiar al espectáculo, pero mientras la seriedad y la congruencia no regresen, el futuro de la fiesta en la capital luce demasiado incierto y continuara decayendo.
Ya no se puede seguir fracasando ni hay tiempo para experimentos, porque la fiesta se muere.
Pero que no quede por la afición y aunque a veces nos sea difícil, hay que apoyar en las buenas, pero también en las malas, porque la fiesta nos necesita hoy más que nunca.
Es lo que digo yo...