domingo, 27 de julio de 2014

La comodidad se ha adueñado de las figuras.

El Juli sentado en el estribo de la Plaza de Valencia el pasado Jueves
Por Andrés Amorós.
«Decíamos ayer»… que, aunque corte orejas, El Juli no está feliz. Se nota. Sus «guerras» no están saliendo muy bien: vetar a Sevilla fue un disparate monumental; limitarse a un «tour» de corridas prefijadas, otro. Si la estrategia la ha fijado Roberto Domínguez, es normal que cese. Si no lo ha hecho, siendo su apoderado -lo más probable- es lógico que se vaya.
Los aficionados se plantean remedios para la Feria de Julio de Valencia: horario nocturno, calendario… La solución es más sencilla: carteles de categoría. Coincido con Paco Mora: las primeras figuras deberían anunciarse, cada uno, varias tardes, con toros de distintos encastes.
¡Ya veríamos si acudía o no el público! ¿Atraería espectadores un mano a mano de José Tomás con Ponce? ¿O El Juli frente a Miuras, como anunció en Sevilla? ¿O los seis toros que Morante mató en Ronda? ¿O los seis que Perera matará en Nimes? ¿Por qué suena todo eso a imposible? ¿Qué tienen Sevilla, Ronda o Nimes que no tenga Valencia?
¿Es que el aficionado al fútbol no puede ver con frecuencia al Madrid frente al Barcelona o el Bayern? Los toreros en activo están para torear, dando la cara en los cosos de primera, no para campañas de «marketing».
Pero la comodidad se ha adueñado demasiado de las figuras…