Ocho con Ocho – Al relance Por Luis Ramón Carazo.
2a. Novillada de La México
En dos novilladas celebradas en la Plaza México se puso de manifiesto la urgencia de la celebración de un mayor número de novilladas en dónde se preparen la gran cantidad de alumnos existentes en diferentes escuelas taurinas del país y en la legua. Por eso estamos entusiasmados ante el anuncio de los festejos publicados para celebrarse próximamente y hasta septiembre 28, con la novillada final para celebrarse en La México, organizados por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, con la decidida colaboración de los empresarios, subalternos y matadores.
En la primera novillada, como ya se ha relatado, la tercia compuesta por Diego Emilio, Juan Pablo Llaguno y Antonio Mendoza tuvo momentos brillantes con la novillada de Xajay, ganado que dio en general buen juego por su nobleza, destacándose el lidiado en sexto lugar de nombre Bandolero y que el público convertido en ganadero pidió, y obtuvo, la autorización del juez de plaza Jorge Ramos para indultar al bovino que tuvo nobleza en sus embestidas y fue bien toreado por Antonio Mendoza quién se inscribió con la faena de indulto número quince para un novillo, en la México, aunque Antonio se perdió la oportunidad de haber logrado los máximos trofeos situación que desde 1987 es inédita y que permanece con 47 en ese rubro, en la historia de la plaza.
Por cierto el primer novillo que se indultó en la México se llamó Bate de Xajay y fue el 19 de junio de 1949, dos nombres beisboleros puso Don Juan Sordo Madaleno, inolvidable padre del propietario actual de la ganadería, Javier, pues otro se llamó Estraqueado. De acuerdo a las crónicas de la época, la faena de Rafael Larrea no estuvo a la altura de la nobleza de la embestida y el que se llevó todos los honores fue el bovino. Curiosamente el primero y el quinceavo novillos indultados en el Coso de Insurgentes, son del hierro queretano. En el cartel del indulto, también estuvo el recordado torero tlaxcalteca, Fernando de los Reyes, El Callao.
Don Juan Sordo Madaleno, se nos adelantó en el paseíllo de la vida en 1985, y además de un gran criador de reses de lidia, fue un gran arquitecto como lo es su hijo, quién por cierto por andar de viaje no le tocó la suerte de salir en hombros, como si lo hizo junto con Mendoza, el representante de la ganadería, Jaime Álvarez quién derrama bonhomía. Como siempre el tema de los indultos es cuestionable, pero finalmente son parte de los homenajes a los toros y por tanto se respetan cuando la voluntad popular se impone, como fue el caso deBandolero autorizado por el juez de plaza Jorge Ramos.
Por cierto revisando las crónicas del año de 1949, se destacaron en la temporada novilleril Paco Ortiz, Eduardo Vargas y Juan Silveti. Juan gracias a Dios lo tenemos entre nosotros, viviendo en Salamanca y para las nuevas generaciones, abuelo de Diego, para otros de mi época, reconocido por ser figura del toreo y padre de David y Alejandro.
Me encontré que por aquella época también hubo una inserción curiosa de la entonces Unión de Criadores de Toros de Lidia, A.C. en varios periódicos capitalinos y la comparto:
“ A la afición taurina mexicana:
Un grupo de ganaderos de esta Unión han tomado el acuerdo de no pagar, en lo sucesivo las crónicas de los festejos taurinos a los periódicos y estaciones de radio que han acostumbrado cobrarlas, en virtud de que diarios y semanarios tan imparciales como El Universal, Gráfico, Novedades, Esto, La Prensa y El Redondel, no cobran por los juicios que emiten sus críticos.
Por lo expuesto, se suplica a la Afición, en general se sirva tomar en cuenta los ataques injustificados de que pueden ser objeto los ganaderos, en las crónicas de prensa y transmisiones de radio que resulten afectadas por esta determinación”
Inserción que demuestra la cantidad de medios interesados en la Fiesta por aquellos años, hoy en día con mucha menos cobertura en los medios de comunicación tradicionales.
Para cerrar, del segundo festejo destacar la voluntad de trascender del Tuco, dos medias de Paola San Román, la clase en breña de Emilio Macías y el homenaje al forcado Eduardo del Villar, caído en Campeche en aras de la indómita afición de los que toman al toro por los cuernos.
Sin olvidar de la función, a un novillo de Guadiana que combinó codicia con nobleza en la embestida y que mereció el homenaje del arrastre lento. Va la temporada chica caminando, escribiendo historia y que así siga. Eso deseamos.