martes, 30 de septiembre de 2014

.A la caza del municipio
para que se declare antitaurino

Doce localidades de Mallorca se han declarado contrarios a las corridas de toros a instancias de Mallorca Sense Sang.

EL MUNDO DE BALEARES
Espectaculares lo son pero no pasan de ser una minoría entre los mallorquines
Por:Tolo Payeras
Corresponsal en Palma de Mallorca

Desde que el pasado año el Congreso de los Diputados aprobara la Ley que luego ratificó el Senado, de declarar la fiesta de los toros Patrimonio Cultural Inmaterial y de la Humanidad, que blinda la fiesta en todo el territorio español, los antitaurinos de Mallorca han emprendido una campaña en todas las localidades de la isla para convencer a los regidores  para que se declaren sus municipios antitaurinos.


La iniciativa es de Animanaturalis en unión con otras organizaciones políticamente de izquierdas y sobre todo nacionalistas, que rechazan los festejos taurinos por ser una tradición española. No es el caso de Animanaturalis que al menos esta asociación si que trabaja con unas convicciones profundas y que se deben de respetar; pero del mismo modo ellos también tienen que aprender a respetar la voluntad de la mayoría del pueblo mallorquín y español. Estos antitaurinos, unos por convicción y otros por intereses políticos han creado una plataforma denominada Mallorca Sense Sang que han ido y siguen recorriendo los pueblos de Mallorca con mayor o menos fortuna para que sean declarados  en un pleno de los ayuntamientos “Localidad Antitaurina”.
 
Desde que Mallorca Sense Sang emprendió esta campaña, han conseguido que doce pueblos de la isla, sin ninguna tradición taurina en sus localidades y casi todas gobernadas por partidos de izquierda hayan sido declarados antitaurinos. En otros lugares con mayor tradición taurina el tiro les salió por la culata como por ejemplo en Palma y en Inca, donde no tan solo en el pleno votaron el año pasado en contra sino que además David Devis concejal de juventud  de Inca, les dio lectura de toda la historia y tradición taurina de esta isla. Sin lugar a dudas esta iniciativa desesperada ha sido motivada por el miedo que tienen en que pueda llegar un empresario a la isla y de nuevo organizar festejos taurinos en plazas portátiles homologadas como se hacía desde el principio del siglo XX en las localidades mallorquinas y sobre todo en los años sesenta y setenta del siglo pasado que no había pueblo isleño que no celebrara en sus fiestas patronales una becerrada o novillada sin caballos, incluso había algunos pueblos que le daban más importancia a los toros que a las verbenas.
 
A lo largo de estas últimas semanas he visto a muchos taurinos preocupados por esta iniciativa de los antitaurinos y siempre he contestado lo mismo: Es el modo que se tienen que hacer las cosas, es decir, siempre buscando el modo legal a sus intereses, lo reprochable es el insulto, las amenazas y la agresividad como han estado haciendo hasta la fecha. Pero además en el mundo taurino mallorquín tiene que reinar la tranquilidad porque lo que ellos ya no pueden solucionar es que los toros en España entera no estén protegidos por Ley. Declarar una ciudad o un pueblo antitaurino no tiene ninguna repercusión a nivel legal para desarrollar la actividad taurina, como en su momento sucedió en Barcelona, primera ciudad española que se declaró contraria a los toros y en la Ciudad Condal siguieron muchos años haciendo una completa temporada en la Monumental de Barcelona. Otra cosa distinta es lo que llegó luego en Cataluña, que fueron prohibidos los toros por Ley en el Parlamento Catalán con los votos de los mismos partidos que hoy buscan la independencia de España.
 
El tiempo lo pone todo en su sitio y con los nacionalistas catalanes se sabía de antemano las pretensiones que tenían, y la prueba más importante es que descaradamente protegieron tradiciones salvajes en las que se utilizan toros y nada tienen que ver con los festejos taurinos en el ruedo. Nadie puede ocultar que a un toro embolado  se le queman los ojos con el fuego que prende de las antorchas que llevan atadas a los cuernos y esto para los políticos nacionalistas catalanes debe de ser una fiesta progre y humana ya que declararon que prohibían los toros por ser una tradición medieval, caduca e inhumana.
 
Más o menos como los nacionalistas catalanes piensas los integrantes de los partidos nacionalistas de Mallorca, que los mueve todo contra los toros menos la defensa de los animales. En cuanto a los animalistas la afición mallorquina les reprocha dos cosas: la agresividad con la que defienden sus ideas y la mentira para confundir al pueblo mallorquín. Ellos dicen que el 70 por ciento de mallorquines están contra los toros y es totalmente al contrario, ponen las cifras al revés según sus propios intereses. Más de un 40 por ciento de mallorquines les gustan las corridas de toros, un 30 por ciento ni les gusta ni les deja de gustar y tan solo un 30 por ciento no les gustan las corridas de toros, pero ojo, de este grupo tan solo un 15 por ciento prohibirían los toros.
 
Sobre este tema esta pasada semana una televisión local llevó a cabo una encuesta en Algaida con el resultado que a casi todos los ciudadanos de este pueblo afirmaron que les gustaban los toros, lamentando que el alcalde se haya dejado llevar por estas cosas cuando hay tantos temas importantes que arreglar en el municipio. ¿Qué pasa?...¿Es que prohibirá el alcalde de Algaida que sus vecinos enciendan el televisor para ver una corrida de toros?  O en su caso ¿ Prohibirá el alcalde que los vecinos del pueblo asistan a un festejo taurino en Palma, Muro, Alcúdia o Inca? Creo que sería más sensato declarar antitaurinos a los componentes del gobierno municipal y no todo una localidad de la que ellos no tienen ninguna potestad para hablar de los gustos de sus vecinos.
 
Además volvemos a las palabras del senador Sebastián Ruiz que en su momento aclaró a este periódico que cualquier Ayuntamiento o empresario que desee organizar un festejo taurino tiene el camino libre por hacerlo y que si la administración se opusiera tendrán asegurada la protección de los tribunales que están obligados a proteger los festejos taurinos sin pretextos. Pongamos por ejemplo y descontado que los consistorios nunca organizarían un festejo taurino al haberse puesto en contra de ellos, pero que si un empresario privado tuviera el capricho de organizar un festejo taurino en cualquiera de los municipios que se han declarado en contra, nadie por Ley puede oponerse, les guste o no les guste, como en su momento pasó en Barcelona, pero ahora con el aliciente que los toros están protegidos por Ley en toda España, tan solo en Cataluña no se lleva a efecto porque antes hay que derogar el decreto catalán viene de antes y tan solo hay que esperar la resolución del Tribunal Constitucional que es el único que puede  resolver y devolver los toros a los catalanes.