“Que cabresteen o se ahorquen”
Por: José Santos Alonso
Hace apenas dos días,
este 16 de septiembre próximo pasado celebramos el ducentésimo cuarto
aniversario del inicio de nuestra independencia, proclamada por don Miguel
Hidalgo y Costilla cura de Dolores, que asociado con el liberal criollo Ignacio
Allende, capitán de dragones de la reina, doña Josefa Ortiz de Domínguez y Juan
Aldama entre otros actores de menor jerarquía, nos dieron patria.
Don Miguel Hidalgo y Costilla fue un hombre de su época, de
formación liberal y gran erudición
filosófica y científica; políglota, incansable emprendedor de industrias y
líder indiscutible de masas.
Así mismo gustaba de los placeres mundanos por lo que encajaba muy bien en los altos
estratos de la sociedad colonial lo que le facilitó propagar sus ideas
libertarias a los criollos; entre sus pasatiempos favoritos se contaban el
juego de cartas, el toreo a caballo y cortejar a las damas.
La sociedad colonial cuya élite la conformaban los españoles
y los criollos se encontraba profundamente dividida por la radical
discriminación de los hispanos hacia estos últimos, que siendo legítimamente
españoles por su estirpe y además novohispanos de nacimiento y que por lo tanto
se creían merecedores de las prerrogativas
de los españoles por partida doble, eran excluidos de los privilegios de
estos, que gobernaban tiránicamente sin tomar en cuenta a los americanos que, para colmo de males se sintieron amenazados con
la invasión napoleónica a España y el
arresto del rey Carlos IV y su heredero Fernando VII lo que precipitó su deseo independentista.
Este ánimo de sublevación de los criollos novohispanos para
independizarse, que posteriormente se convirtió en un movimiento del pueblo por
las condiciones tan miserables a que eran sometidos por los españoles, fue motivado
como quedó dicho, por la discriminación de los españoles hacia los criollos quienes
lideraron el movimiento libertario.
No se sabe exactamente lo que el cura Hidalgo dijo en su
arenga de sublevación el 16 de septiembre de 1810. Sin embargo se conoce que las únicas dos frases que de seguro pronunció
fueron: “Muera el mal gobierno” y “Vamos a coger gachupines”.
Gachupines que es una palabra de procedencia indígena, quiere decir “zapatos que pican” en alusión a
las espuelas que calzaban los conquistadores y, en su origen no tuvo ningún
sentido despectivo o insultante, no obstante ahora si lo tiene, cuando menos
desde el Grito de Dolores en el cual don Miguel Hidalgo azuzó al pueblo a
“Coger gachupines” que eran enemigos de los criollos y del pueblo.
La historia no ha cambiado mucho, al menos en el ámbito
taurino en el cual los toreros españoles de poca cultura y mucha arrogancia en
su gran mayoría, todavía creen que México es tierra de conquista y vienen con
grades ínfulas y con la pretensión de
ganar mucho a cambio de retribuir muy poco y, lo peor es que lo
consiguen con la complicidad de las empresas y los miles de aficionados
malinchistas a quienes el cronista taurino Leonardo Páez bautizó muy
atinadamente como “Mexhincados” por la obsesión de sentirse menos ante los españoles.
Reivindiquemos nuestra fiesta ya es tiempo de cambiar la
historia, sigamos el ejemplo de las
empresas “El Paseo” de San Luis Potosí,
el de la Monumental de Zacatecas, y el de la plaza de San Miguel el Alto que
apostaron a los toreros nacionales en sus ferias. Apoyemos a nuestros toreros como ellos y,
cuando vengan los ultramarinos pongamos nosotros las condiciones sin complejos,
en vez de que ellos nos condicionen y, como a los nacionales: Al que nos cumpla
se le cumple y al que no cabresteé ¡PUERTA¡