Desde Monterrey: ¿Por qué tanto brinco, si el piso está muy parejo?
Amigas y amigos aficionados a la fiesta brava, esta ocasión, por segunda semana consecutiva, publicamos esta columna de manera extraordinaria porque no hemos querido esperar hasta el viernes para comentar los inapropiados y tristes acontecimientos sucedidos el domingo pasado en nuestra Plaza de Toros Monumental Monterrey ´Lorenzo Garza´, una plaza de toros de primera categoría.
Por @cabritomayor
Recuerdo una ocasión, no hace mucho, a don Antonio Quiroga Escamilla, juez de plaza, haber comentado que él no estaba de acuerdo que ´La Themis, la diosa de la justicia´ estuviera tapada de los ojos; que la figura de la justicia, debía de ser destapada precisamente para poder observar bien, la aplicación de la justicia… yo no sé si deba estar tapada o no, pero lo que sí sé -y el sentido común lo sugiere- es que la justicia debería ser justa.
Y el domingo pasado, según a como se dieron los acontecimientos, la justicia, no fue pareja.
Pero para que no se diga que el servidor de usted la trae en contra de la autoridad, representado por el juez de plaza, vamos desmenuzando la situación, comenzando por el principio.
El reglamento taurino vigente no está siendo respetado de entrada, pues en su artículo 20 establece: “La presidencia municipal designará dos jueces de plaza y dos asesores taurinos que actuarán como tales, uno y uno, en pareja y rotativo…”.
No contemos mucho: la corrida de Pablo Hermoso, la de la CROC, el festival de la Peña Manolo Martínez, la corrida del Cordobés, el primero y este segundo festival del Certamen Novillero Monterrey, han sido presididos por don Antonio Quiroga Escamilla, sin alternancia.
El motivo no se sabe, pero el artículo -al menos en su intención escrito en el reglamento- es sano, pero no lo respeta ni la misma autoridad.
El artículo 25 establece: “El juez de plaza será la autoridad superior del coso…”, y comienza a hacer una descripción de sus facultades y obligaciones. En sus incisos 14 y 15 dice: “Resolver los casos no previstos en este reglamento y los demás que le conceden las leyes y reglamentos”.
Pues bien, ahora veamos cómo se sucedieron los acontecimientos: por disposición, según nos comentó un miembro de las cuadrillas, la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros envió a nuestra plaza de primera categoría un aspirante a puntillero para participar como miembro ejecutante de las cuadrillas.
Según reza el artículo 25 del reglamento, adicionando sus incisos 14 y 15, además del sentido común y el criterio que se debe aplicar. La autoridad debió dejar establecido con las cuadrillas previo a la celebración del festejo, la forma y el fondo en que el aspirante debía de participar como tal.
¿Por qué lo digo?, porque este festejo forma parte de un certamen donde los novilleros están depositando parte de los resultados de su actuación (en una franca competencia por cortar apéndices), en manos un aspirante inexperto.
No quiero decir que esté mal que el aspirante participe, lo aclaro, pero no debe de hacerlo cuando las condiciones son determinantes para la concesión de los trofeos.
Es decir, la oportunidad se le debe de dar, pero luego de la actuación del puntillero oficial, sólo para terminar al toro de manera tapada, es decir, discreta.
En sus intervenciones ante los bureles que tocaron en suerte a Cayetano Delgado y Jesús Torres “Jesusín`, el aspirante a puntillero los levantó haciendo más tardada la labor de muerte, misma que desencadenó en que, si Cayetano hubiese sido merecedor de una oreja, esta no fuera concedida, y en el caso de ´Jesusín´, se le llegaran a tocar los tres avisos.
Ahora bien, se podrá pensar que ando metiendo un ´muletazo´ por los novilleros locales porque va otra… y esta es en relación al equilibrio y la justicia.
Luego de la faena de Manuel Gutiérrez, de Aguascalientes, vino de parte de él un pinchazo y luego un “bajonazo` de efectos inmediatos, con el que la autoridad rápidamente concedió la oreja, misma que en automático debió haber perdido cuando señaló en hueso tras su primer intento, pues la faena, aunque meritoria, jamás fue para dos apéndices.
Esto que vimos ayer es un certamen donde los muchachos están compitiendo y, en mi opinión, aparentemente los criterios para premiar la labor de ellos, no están siendo aplicados con los mismos principios de justicia y equidad, al cabo que el público, no el aficionado, es “de miel` y celebra todo, hasta la actuación ´del gordito´… ¡hágame el favor!
Creo que debemos de respetar la categoría de nuestra plaza, nuestra fiesta, nuestro reglamento y nuestra autoridad, haciéndola valer con energía.
Pasado aquel ´petardo´ de la corrida del Cordobés se dijo que se propondrían modificaciones al reglamento… y hasta ahorita, ¡nada!
¡Venga!, que se haga, que se abra una convocatoria, que se invite a la afición y que se hagan las propuestas que sean necesarias para mejorar el espectáculo.
Este medio está abierto a impulsar e invitar a toda la afición a que se sume, y la decisión no quede en unos cuantos, esto es con toda la intención de que se respete y se dignifique a nuestra amada y ya de por sí vapuleada fiesta brava.
Por hoy es todo amable aficionado, que Dios reparta… ¡suerte!
2
En realidad no entiendo por qué tanto brinco
si el piso está muy parejo. Debo aclarar que la pasada columna no fue en contra de don Antonio Quiroga Escamilla, a quien le tengo un gran respeto y considero un hombre valiente y caballero honorable en el mundo del toro y de los negocios. La columna fue a favor y el respeto de nuestra amada fiesta brava.
Entiendo que las situaciones que se sucedieron el domingo, en torno a la actuación del ya famoso ´aspirante a puntillero´, (y lo explico en la anterior columna), se fueron presentando de una manera circunstancial y se debieron dirimir conforme al reglamento.
En torno a los criterios que aplicó la autoridad, en cuanto al otorgamiento y la negación de trofeos para los toreros, difiero, pero esto no quiere decir que mi columna ha sido publicada ´en contra de don Toño´.
¿Y por qué difiero?, porque las decisiones que fueron tomadas beneficiaron a unos y perjudicaron a otros, a mi juicio particular, de manera dispareja.
En torno a la controversia que se ha creado en el mundo del toro, esta tiene dos vertientes: la política y la taurina. La primera creo que ha sido provocada por ´el canibalismo político´, de algunos que quieren echar a andar y subirse a un carrito para aprovechar el viaje de la inercia y ´colocarse´ políticamente en el biombo; y por el lado taurino, la territorialidad de los espadas, pues esta condición hizo que el ´sospechosísmo´ brotara en los ´mentideros taurinos´, debido a que los espadas perjudicados fueron circunstancialmente regiomontanos y el beneficiado, casualmente hidrocálido.
Lo cierto es que se hizo mucho alboroto de algo que no es nuevo, que está escrito y contenido a la vista de todos, en el reglamento taurino municipal (http://portal.monterrey.gob.mx/pdf/reglamentos/Reg_espectaculos_taurinos.pdf).
La propuesta ofrecida en nuestra columna sigue en pie, y sigue siendo con la mejor intención de enriquecer, respetar y dignificar a nuestra amada fiesta brava.
Cualquier reglamento es perfectible.
En próximo días nos estaremos reuniendo, por parte de la presidencia municipal, con don Jesús Hurtado Rodríguez, secretario del Ayuntamiento regiomontano, para hacer formalmente la petición de abrir una convocatoria pública, con la intención de mejorar el reglamento para proteger el interés del aficionado y dignificar a nuestra amada fiesta brava. Esté al pendiente, que aquí le mantendremos informado y ojalá quede claro
¿Pa` qué tanto brinco
si el suelo está muy parejo?
Pues bien, otra información que ha causado revuelo y gusto en la afición regiomontana es el anuncio, hecho esta semana ante El Horizonte por Casa Toreros, que dirigen Pablo Moreno y Juan Pablo Corona, en torno a la intención de que su empresa venga a dar toros en Monterrey.
Pablo Moreno y Juan Pablo Corona, en poco tiempo, han demostrado ser la empresa más seria en torno al ámbito taurino nacional. Ellos, por ahora, son los empresarios y apoderados más influyentes del mundo taurino y una empresa de esa categoría, que haya anunciado su deseo de venir a Monterrey, a toda la ciudad agradó.
Ahora, hay que ver si esta intención concuerda con ´los planes´ de la empresa de la Monumental Monterrey ´Lorenzo Garza´ y su ´comité taurino desconocido´, (léase Ricardo Sánchez) que el año pasado nos ofreció dos corridas y media y en lo que va de esta temporada, la fabulosa cantidad de cero.
Lo bueno es que Casa Toreros buscará la manera de acercarse, no con este ´comité´, sino con el mismísimo don Alberto Bailleres, propietario de nuestra plaza, un gran taurino y hombre muy bien intencionado para con la fiesta. Ojalá que don Alberto se abra de capa, y junto con Casa Toreros, nos den la fiesta brava de la calidad, cantidad y continuidad que la afición regiomontana demanda.
¡Que haya suerte!… en beneficio de la fiesta de toros.
Ya por último, se anuncia para el domingo 23 de noviembre, un cartel muy bien rematado en la legendaria plaza de toros de Cadereyta: el jimenénse Enrique Garza, Eulalio López “Zotoluco` y Arturo Macías ´El Cejas´, quienes lidiarán un encierro de la ganadería neoleonesa de Golondrinas, de don Óscar Domínguez.
Por hoy es todo, amable aficionado, ¡que Dios reparta suerte! Y nos leemos el próximo viernes, si Dios quiere.