lunes, 27 de octubre de 2014

PACHUCA 2014, 4º de feria – La lección es sencilla: cada uno a lo suyo.

Lo mejor de toda la feria fue sin duda la actuación de Juan Pablo Sánchez. Foto cortesía de Toros en el Mundo.

Por: Juan Carlos Valadez 

Pachuca, Hgo.- Termino la feria de Pachuca 2014 y lo hizo en un tono triunfal en una fresca y soleada tarde de octubre, perfecta para ver toros con apenas un tercio de entrada. En esas estábamos apenas acomodándonos de nuevo después de sufrir una tediosa y larga lección de rejoneo, cuando salió de la ‘puerta de los sustos’ o de la risa, un borreguito sin cuernos, corto de caja y brocho. Los pocos que estábamos en el tendido nos volteamos a ver con un aire de duda como diciéndonos telepáticamente ¿Eso es un toro o un borreguito?
Un toro debe tener trapío, ser bravo, encastado, codicioso y noble. Un toro es un animal salvaje; guapo, sí, pero no un borrego. Los de ayer no eran feos, ésa es la verdad, pero algunos mal presentados, casi todos blandos como una masa de harina, otros mansos y nobilísimos como un perro lazarillo. Y eso no es un toro. En todo caso, un híbrido que sólo puede emocionar a los aficionados de la modernidad. Por cierto, en el tendido estaba uno de los padres modernos de todos estos híbridos; el ganadero Juan Pedro Domecq.
Cuando todavía no salía de mi asombro, Talavante ya le estaba dando cuerda con el capote al alegre borreguito que perseguía la capa como un niño lo haría tras un dulce, solo que el borreguito era débil y por más que se quería comer el dulcecillo, perdía las manos irremediablemente al salir de los engaños.
Después con la muleta Talavante le trazo una bonita faena, pero carente de emoción porque al torito se le acababa la cuerda, en ese punto de la faena la batalla se volvió desigual, era mucho torero para aquel noble y débil animal. El español ni sudó. Sabía que ese toro no era digno de su tauromaquia. Una oreja de pena ajena.
Su segundo estuvo mejor presentado pero fue un manso perdido, como un alma en pena deambulaba hacia las tablas. Talavante se esforzó y se esforzó y se esforzó tanto, que termino aburriéndonos a todos.
La ovación final que le tributaron fue sin duda porque acabo con el sufrimiento de todos los presentes.
Juan Pablo Sánchez venía a triunfar. Era su oportunidad ante las camaras de TV y quería exprimirla. Esa disposición se le nota a los toreros. Lo había recibido con verónicas animosas a su primero, después con la muleta al intentar torearlo al natural adelanto el engaño y fue feamente empitonado, pero regreso a la cara del astado a pesar de estar tocado y le hizo una faena de mucho pundonor y vergüenza torera. Mato con solvencia y se llevó una oreja.
Con su segundo, un bello y cómodo ejemplar, de nobles cualidades y pastueño comportamiento, Sánchez destapo el frasco de las esencias y trazo la faena de la feria ¡Que largos y templados fueron los muletazos! Con que verdad y plasticidad surgió el toreo auténtico por momentos, mientras la plaza entregada vitoreaba al torero y la música acompañaba la gesta torera.
Tandas de magnífica expresión, templadísimas y hondas, sobre todo por el derecho; ante un toro, de embestida incansable, colaborador entrañable, que parecía que tenía gas para otra faena. De pronto Sánchez monto la espada, se hizo el silencio, las mentes empujan, pero, ¡ay!, en un segundo el toro humilla, el torero no rectifica, y pincha… Qué pena… Qué aflicción… Qué error…. El deJaral de Peñas había triunfado porque el juez exageradamente lo premio con la vuelta al ruedo; Sánchez, también, pero no al nivel de su noble oponente. Ésas son las faenas que no se pueden pinchar. Sobre todo, cuando se persigue el triunfo con tanto empeño.
El tercero fue un bello toro castaño ojo de perdiz, el único del encierro que saco un punto de bravura y que además tuvo calidad. Con el Diego Silveti se puso en artista y pues, ayer, no pudo ser ante este toro. Anduvo, ausente, abúlico, raro. Y además con las muñecas muy flojas. No dio una tanda limpia. Lo intentaba con la muleta y se la dejaba enganchar una vez, y otra, y otra. Silveti se comportó como una sombra de sí mismo.
Con el sexto demostró que es un torero de raza, de pundonor, de arrojo, y así puede llegar a ser figura. Pero, ¿artista? Si él tenía alguna duda, la tarde de ayer se la disipó por completo. La faena al sexto fue emotiva porque Silveti anduvo arrojado y peleándose con un astado soso, al final de la faena unas bernadinas muy bien vendidas al tendido arrancaron la escandalera.
Señalo un pinchazo hondo, pero de efectos mortales y se fue con una orejita en la espuerta, que medio tapo una tarde desigual para el torero de dinastía. Que por cierto, hoy de artista nada.
La lección es sencilla: cada uno a lo suyo.
Abrió el festejo el rejoneador Sebastián Torre con un novillo de Torreón de Cañas y escuchó dos avisos, mientras que los forcados mexicanos se llevaron las palmas.
Resumen del Festejo
Toros de Jaral de Peñas, desiguales de presentación, muy blandos y nobles; el 5º fue premiado exageradamente con la vuelta al ruedo y el 3º recibió los honores del arrastre lento. Un novillo de Torreón de Cañas abrió el festejo para rejones. El rejoneador Sebastián Torre: 2 avisos. Alejandro Talavante: estocada (oreja); pinchazo y estocada (ovación). Juan Pablo Sánchez:estocada (oreja); 3 pinchazos (vuelta). Diego Silveti: estocada trasera (ovación); pinchazo hondo (oreja).
Plaza Vicente Segura de Pachuca, cuarta de feria. Un tercio de entrada.
Incidencias: Juan Pablo Sánchez sufrió una cornada de dos trayectorias en el muslo izquierdo durante la lidia de su primero. Al final del festejo se confirmo que Mariano del Olmo sera el representante de Espectáculos Taurinos, para el manejo de Alejandro Talavante en América.