sábado, 12 de septiembre de 2015

Pablo Hermoso Puerta Grande en Arles

PABLO HERMOSO PUERTA GRANDE EN ARLES

Por: Hassan González

FECHA. 12 de septiembre de 2015
LUGAR: Plaza de Toros las Arenes de ARLES (FRANCIA).
ENTRADA: No hay billetes.
RESEÑA: Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y oreja); Julián López “El Juli” (silencio y dos orejas); y Juan Bautista (silencio y dos orejas).
GANADERIA: Toros de Los Espartales (1 y 4) y Parladé (2, 3, 5 y 6).
CABALLOS UTILIZADOS:
Primer toro de la Ganadería de Los Espartales, número 33: De salida NAPOLEON (2 rejones de castigo); en banderillas BERLIN (2 banderillas) y VIRIATO (2 banderillas); y para el último tercio PIRATA (tres cortas y un rejón de muerte).
Segundo toro de la Ganadería de Los Espartales, número 17: De salida CHURUMAY (2 rejones de castigo); en banderillas DISPARATE (2 banderillas) y DALI (2 banderillas); y para el último tercio PIRATA (dos cortas, dos pares a dos manos y dos rejones de muerte y pinchazo).
OTROS CABALLOS DESPLAZADOS: BRINDIS, BELUGA y AGORA.
Tan magno escenario, merece y compone muchos detalles durante la lidia. Detalle en la vestimenta de Pablo, un traje goyesco que el jinete se hizo hace casi ¡veinte años! para torear en la Ronda de Antonio Ordóñez y que esta tarde, sin ningún retoque, se volvió a enfundar a la medida. Se ve que esta en forma durante tantos años. Otro detalle fue la música de coral que acompañó al estellés durante sus evoluciones en la plaza y que estuvo compuesta por piezas como “No te vayas de Navarra” o música tradicional de las Peñas de Pamplona. Y el tercer detalle, importante y rotundo, el trasteo de Hermoso de Mendoza en el que abrió plaza. El toreo a caballo perfecto, si es que la perfección existe, fue lo que elaboraron NAPOLEON, BERLIN, VIRIATO y PIRATA, todo hay que decirlo, ante un grandísimo ejemplar de Los Espartales, que curiosamente estaba de sobrero de las corridas de Mejanes y de Beziers y esta tarde se lidió con gran juego. No tardó un segundo en encelarse con NAPOLEON y comenzar a galopar sobre ese mar de nubes que componía el ruedo azul, con un perfecto tranco, milimétricamente medido por caballo y jinete y ante el que el toro se rebosaba en cada recorte. Los pitones iban a milímetros de la piel, pero nunca la tocaban. NAPOLEON puso lucirse en la colocación de los rejones, atacar dando la cara y el pecho y salir toreando de la suerte. Cuando sintió los hierros el toro hizo ademan de rajase y de irse a tablas y fue el poderío torero de un BERLIN en estado de gracia el que hizo el milagro y recuperó al toro, convirtiéndolo en un completo competidor y en un gran colaborador. Cada día que pasa crece la dimensión de este caballo, crece la confianza en sí mismo y ese se refleja en la tranquilidad con que afronta la suerte, esperando al toro hasta el último instante y con un leve toque saliendo limpio de la suerte. Se veía a Pablo disfrutar e incluso cuando lo fue a retirar, volvió a la cara del toro y volvió a torear con el pecho una vez más. Además en este marco, improvisó unos nuevos pasos, parecidos a la hermosina, pero más en largo, llevando al toro desde caballos hasta presidencia con pequeños toques de grupa, pero sin la rotundidad de las citadas “hermosinas”. No faltó el toreo de costado, suave, cadencioso y rematado por los adentros con rotundos trincherazos. El complemento ideal para esta lidia es VIRIATO, porque realiza un toreo muy diferente, que da la sensación de más cercano quizás porque esta más rato en la cara del toro, llevando los pitones en el estribo del jinete, marcando una velocidad paralela a la del astado y llevando el escalofrío a los tendidos ante esa imagen que parece que el toro va a llegar y nunca lo hace. A PIRATA, recuperado esta misma semana de sus problemas físicos se le preparó un viaje especial para que estuviera en esta cita arlesiana y aquí estuvo, sin montar y sin trabajar durante doce días, el azteca es un seguro para el último tercio y con el volvieron las banderillas cortas llenas de plasticidad y de armonía y esa posibilidad de que su jinete realice desplantes sobre el testuz, que aquí se convirtieron en besos al testuz, de agradecimiento por la enorme calidad del toro. Amarró Hermoso un rejón de muerte en todo lo alto un tanto trasero que fue letal para el toro, pero de efectos un tanto lentos y que fue lo que enfrió los ánimos del público para la petición de trofeos. Una oreja se nos antoja muy poquita cosa para tanto torero, aunque eso fue lo que el senado pidió y así lo debemos entender justo.
Sí empujó y fuerte en el cuarto para que se le concediera la oreja que le daba derecho a la puerta grande y que a punto estuvo de dilapidarse con el rejón de muerte. Aquí se hizo justicia y se premió una gran tarde de toreo a caballo en la que su protagonista no merecía salir andando de este Coliseo. Esta segunda labor de Hermoso estuvo también llena de matices y de toreo, ante un toro que no era tan colaborador como el primero, pero al que paso a paso, los propios caballos fueron metiendo en el canasto y le fueron obligando a embestir. Como casi obligado fue el tener que embestir a CHURUMAY, después de salir abanto y amenazando con saltar al callejón, el caballo se cruzó en su camino y obligaba al toro a seguir sus pasos. Lo midió mucho de salida el estellés y cuando lo vio medido dio paso al tercio de banderillas, todo ello ante el escepticismo de los presentes que no pensábamos que el toro iba a colaborar. Poco a poco, DISPARATE lo fue metiendo, lo fue toreando con la cola llevándolo en largo y cambiando la grupa. La esperada “hermosina” llegó a Arles y la gente comenzó a vibrar con ella, y así cada cambio de grupa era un olé en el tendido. DISPARATE marcaba la pauta y el toro se desplazaba de un lado a otro siguiendo el guión que el castaño le marcaba. Pero si algo tuvo esta tarde, fue toda una cátedra de banderillas, de cómo se debe ejecutar la suerte de banderillas, de cómo se tiene que atacar y como se tiene que salir rematando la suerte. Cada banderilla, cada pasada sin clavar fue una lección, primero con BERLIN y VIRIATO y ahora con DISPARATE y un cuajado y sencillamente sensacional, DALI. El alazán que parece siempre destinado a un segundo plano en esta costelación de estrella, magnificó en esta ocasión una actuación en la que todo lo hizo bien….o muy bien. Marcó el camino del toro con esa posada provocando con la cola, mandó en las piruetas donde las acortó al máximo y templó en banderillas, magistrales y toreras como nunca….o como siempre. Y como siempre, PIRATA, seguro de espectáculo en las banderillas cortas y preámbulo de un último tercio en el que la calidad no debe desaparecer para dejar que se imponga la efectividad. Con calidad y con verdad llegaron las banderillas cortas, el par a dos manos en los medios y la suerte suprema, siempre ejecutada de forma perfecta, aunque se pinche en alguna banderilla como sucedió. Otra merecida oreja y otra merecida puerta grande, la número diecisiete que Pablo conquista en este magno escenario.
Berlín

Churumay

Dalí

Disparate





Napoleón



Pirata

Pirata

Viriato