Serpientes y Escaleras Novilleriles – Complejo Festejo en La México.
La ganadería de Brito vive en menos de dos horas el sol y la sombra. Importante el berrendo cárdeno tercero con mala suerte e infame el sexto, condenado a la puerta falsa de las banderillas negras. Ante ello, entre tanta confusión toreril, solo la seriedad y tino de Ángel Espinoza “Platerito”logra sacar la cabeza y cobrar buena estocada ante el manso quinto.
Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA.
Si dividimos la novillada y el cartel en mitades es claro que la primera la componen los veteranos, el resto las caras nuevas.
Es extraño decir esto de Óscar Amador, el tlaxcalteca que hace cuatro años ilusionaría por su temple y sentimiento en la periferia capitalina pero que en su presentación hace tres años pegara el petardo.
Y a pesar de su arrebato inicial, de la brusquedad en sus cites, sus impertinentes giros y los toques violentos, encuentra un momento cerca del tercio, justo donde el cárdeno primero le pide ser lidiado. Ahí, Amador tira sutilmente del toque en el cite y con esa invitación el novillo acude, liga pero le desarman.
Con la derecha, mal colocado, poco consigue.
Aun con la doble dosantina y la ranchera, convence a medias y deja ir al novillo que a pesar de la cara alta ha servido, pena grande que Óscar haya dilatado tanto y después haya matado, no al encuentro sino al desencuentro
El segundo astado es una continuación del primero, cárdeno, con esa cara alargada siempre arriba, incluso en el remate de David Martínez, colombiano que vuelve tras dos años. En traje de sombras, el torero quita por navarras y el novillo sigue con la cara en las nubes, el diestro remata lucidamente, se anima y anima a la Afición.
Y toma banderillas.
A la trágala el primer par, en reversa donde se nota apurado y con menos facultades, cuartea el siguiente y cierra al violín. Aquí todo bien, más todavía en el brindis, donde se adivina la dedicatoria, la etiqueta “#FuerzaNovilleros” lo dice todo. Lo que no dicta el torero es orden en la embestida de inicio. Se nota vacilante y claro, ante tanta ligereza de pinreles, el novillo se cuela.
Pero justo es decir que, a pesar de la debilidad del toro, Martínez da el tercio y hace relucir el sonecillo por pitón izquierdo del astado, se regodea en alguno y liga dos tandas, solo que la falta la quietud y el novillo se cuela al grado de romper taleguilla y deshacer la faena.
No da el paso al frente, fatal termina y mata caído.
Aun así hay una benévola petición bien negada y, claro, como no es mayoritaria le castigan al intentar saludar.
Es entonces cuando sale el novillo de la tarde y tiene la mala suerte de caer en manos de el reaparecido Jaime Adrián. Acto de justicia es decir que el torero, en mejor forma, aun aprovechando el viaje en la chicuelina, quita con frescura y emoción combinadamente, entre fregolina, crinolina y gaonera.
Terrible la cuadrilla.
El novillo bravo, además de elegir su matador debería elegir sus lidiadores, sobre todo a pie. Como no puede hacer esto, le toca poner todo en bandeja para que el novillero inicie por alto alternadamente y gire, sorprendentemente, en la primer tanda. Pero, ese giro, esa composición de figura carece de real profundidad, pese al viaje franco y largo del novillo, por ello no convence.
Con el astado al alza, Jaime Adrián, echa hacia fuera y comienza a dejarse enganchar hasta el desarme con la izquierda, más sin dejar la muleta cuadrada, siempre preocupado por la postura. El novillo le perdona huecos hasta decir no más para volver a engancharle y, de nuevo, desarmarle.
Un suplicio para la Afición, de dulce en todo momento.
La tarde de su retirada del torero fue con un novillo de Brito duro, hoy con el de azúcar tampoco puede cuajarle, ni por ese pitón izquierdo, algo probón cuando no tiene la muleta bien puesta, ni con la mínima inventiva. Hasta el mismo tiene que aplaudir al astado en el arrastre, bravo y noble prácticamente en toda la lidia.
A partir de aquí, la tarde cae en la casilla equivocada.
Toca la serpiente de la mansedumbre a la Afición, la llovizna aparece, el cárdeno cuarto mansea, se defiende y evidencia que “El Moso” no se encuentra ni mínimamente preparado para plantarse ante un novillo difícil, acaba el joven espada en aburrir, en prolongar de más y nunca imponerse, vaya, ni en los doblones.
Aviso incluido.
Y es una pena que el abecerrado y feo castaño, salinero, quinto, que intenta saltar al callejón, solo permita ver una fase interesante, seca y sin inútil ornato, de “Platerito” diestro zacatecano que hace bueno aquello que dice “El Pana”, la plata es más sincera y muy mexicana.
Ángel, se llama el torero, renace de aquella terrible y reciente cornada, con el capote evade la mansa trampa del castaño y le sujeta, luce en la media. Tras puyazo que frena de momento la mala intención del manso, banderillea lucido, doble cuarteo y cierra con violín quizá el mejor tercio de banderillas de la Temporada por valioso y brillante.
Como la plata.
Y como lo cantera de su terno, limpio y atinado da la lidia que el manso requiere pero quizá no merece, de los doblones hasta los derechazos, donde el poder detiene y marca el ancla del novillo que es despachado con la estocada de la tarde. Vale “Platerito” con ese corazón zacatecano, de argento y el terno y la cara de cantera buena, tal como refiere “Conchita de Pan”, de su tierra Zacatecas.
Todo lo contrario con Suárez del Real. También zacatecano pero ligerísimo de pies. Cierto, el “Serpientes y Escaleras” de esta tarde le condena a encontrarse al más manso de los novillos, único, para la historia en condenarle las banderillas negras. Esto querría decir que ha sido el que más en la historia.
En casi sesenta y nueve años.
Facultad discrecional del que preside, ordena la deshonra a pesar de que sangra por ambos lados tras triple encuentro, huyendo, del caballo. Pero las cuadrillas, tan huidizas como el novillo no atinan y el barrabás se crece. Por ello, el niño Suárez del Real tiembla, es desarmado, se desespera al borde del berrinche. Parece que en su universo taurino el manso no tiene lidia.
Le tienden la escalera al regalarle uno más de la misma ganadería, a la postre, oportunidad desperdiciada entre tantas dudas, poco mando y nulo temple. Quizá sometiendo, el alto cárdeno habría roto a mejor.
Nos quedaremos con las dudas, con la imposible claridad.
Justo como queda uno cuando cerca del final, sin necesidad de escaleras, aparece el aire apagado de una víbora que hace que el juego lo gane alguien más.
En esta caso, la ignominia taurina.
Twitter: @CaballoNegroII.
RESUMEN DEL FESTEJO.
Plaza México. Temporada de Novilladas 2014. Domingo, Agosto 24 de 2014. Sexto festejo de Temporada Chica. Menos de un cuarto de plaza en tarde cielo soleado solo en la lidia del segundo, el resto nublado y lluvia intermitente. Fuerte viento al inicio de la lidia del tercero.
7 Novillos, 7 de Brito (Sangre y Marino) Desigual en presencia, desentonan los lidiados en quinto, abecerrado, y sexto lugar, así como el sobrero de regalo. El resto de bonitas hechuras, aunque de reservado juego en lo general, con buenos momentos en la muleta primero y tercero. Manso el cuarto, siempre defendiéndose. El manso sexto de nombre “Paciente” No. 75 con 380 kgs., fue condenado a Banderillas Negras.
Espléndido el lidiado en tercer lugar de nombre “Caritativo” No. 69 con 378 kgs, mereció el Arrastre Lento.
Oscar Amador (Corinto y Azabache) Palmas. David Martínez (Grana y Azabache) División al saludar tras leve petición. Jaime Adrián (Negro y Oro) Saludos por su cuenta. Emiliano Villafuerte “El Moso” (Negro y Oro) Silencio tras aviso. Ángel Espinoza “Platerito” (Salmón y Oro con remates negros) y Andrés Suárez del Real (Cajeta y oro) Silencio y Silencio en el de Regalo.
Quinto y sexto espada, nuevos en esta Plaza.
Mal las cuadrillas toda la tarde, peor Juan Ramón Saldaña, Mauricio Martínez Kingston y Apolinar Romero durante diversos pasajes de la lidia. Gran puyazo de Luis Miguel González al de regalo.