MUERE 'CAGANCHO', EL LEGENDARIO CABALLO DE HERMOSO DE MENDOZA
El equino, ya con más de treinta años de edad, sufrió este miércoles un ictus en la finca estellesa de Zaraputz
El famoso caballo 'Cagancho', propiedad del rejoneador Hermoso de Mendoza y el más determinante de la moderna historia del rejoneo, ha muerto en la madrugada de este jueves, a consecuencia de un ictus, en la finca Zaraputz que su jinete tiene en la localidad navarra de Estella.
El equino, ya con más de treinta años de edad, había sido retirado de los ruedos por el rejoneador estellés en la temporada de 2002, después de que durante una década cimentara sobre él una auténtica revolución en el mundo del toreo ecuestre.
De raza lusitana y de pelo negro cuatralbo, es decir, con las cuatro patas blancas, además de un cordón también blanco en la frente, 'Cagancho' se hizo muy popular dentro y fuera de los ruedos a lo largo de las once temporadas en que permaneció en activo, en las que se enfrentó a más de mil toros.
El caballo, que fue rebautizado con el nombre de un legendario torero gitano de los años treinta, no se encontraba en buenas condiciones físicas cuando el año 1990 Hermoso se lo compró de potro al criador portugués Brito Paes por una módica suma de dinero, pero en poco tiempo logró hacer de él una auténtica estrella del toreo ecuestre.
Aunque era un animal demasiado corpulento y de físico poco afinado, tenía una gran carga genética por la vía de otros excelentes caballos toreros portugueses y demostró rápidamente un enorme valor, que le hizo sobreponerse incluso a tres cornadas.
Con esas excepcionales condiciones, el cuatralbo llegaba a torear con mucho temple, despaciosidad y cercanía a los cuernos, así como mostraba ante los toros una gran "personalidad" que muy pronto le granjeó una merecida fama y, a su jinete, grandes triunfos en todas las plazas del mundo.
Las vida activa de 'Cagancho' en los ruedos coincidió con el lanzamiento y la consolidación de Hermoso de Mendoza no sólo como número uno del rejoneo sino también como un auténtico revolucionario de esta especialidad taurina, en tanto que intentó siempre equiparar el mando a caballo sobre las embestidas de los toros con el de los toreros de a pie.
Desde que el navarro debutó con él en septiembre de 1991 en la localidad zaragozana de Ejea de los Caballeros, este famoso caballo, como una poderosa "muleta" de 400 kilos, fue su gran baza para conseguir sus novedosos objetivos durante la que ha sido ya considerada como la "edad de oro" del rejoneo.
Las últimas apariciones en público de 'Cagancho' fueron en la temporada de 2002, cuando recibió el homenaje efusivo de las aficiones de Sevilla, Madrid, Pamplona -incluso aquí con salida del animal por la puerta grande- y México D.F., donde el rejoneador, después de enfrentarle al último toro de su vida, le quitó la montura y las riendas y le dejó galopar en libertad por el ruedo de la Monumental.
Desde entonces, el longevo 'Cagancho' no volvió a ser montado más que una vez por una de las hijas de Hermoso, y disfrutó, también como semental de la yeguada, de todas las comodidades y los máximos cuidados en la finca Zaraputz, hasta que este miércoles sufrió el ictus que acabó con su vida pero no con su leyenda.
FUENTE: diariodenavarra.es
El famoso caballo 'Cagancho', propiedad del rejoneador Hermoso de Mendoza y el más determinante de la moderna historia del rejoneo, ha muerto en la madrugada de este jueves, a consecuencia de un ictus, en la finca Zaraputz que su jinete tiene en la localidad navarra de Estella.
El equino, ya con más de treinta años de edad, había sido retirado de los ruedos por el rejoneador estellés en la temporada de 2002, después de que durante una década cimentara sobre él una auténtica revolución en el mundo del toreo ecuestre.
De raza lusitana y de pelo negro cuatralbo, es decir, con las cuatro patas blancas, además de un cordón también blanco en la frente, 'Cagancho' se hizo muy popular dentro y fuera de los ruedos a lo largo de las once temporadas en que permaneció en activo, en las que se enfrentó a más de mil toros.
El caballo, que fue rebautizado con el nombre de un legendario torero gitano de los años treinta, no se encontraba en buenas condiciones físicas cuando el año 1990 Hermoso se lo compró de potro al criador portugués Brito Paes por una módica suma de dinero, pero en poco tiempo logró hacer de él una auténtica estrella del toreo ecuestre.
Aunque era un animal demasiado corpulento y de físico poco afinado, tenía una gran carga genética por la vía de otros excelentes caballos toreros portugueses y demostró rápidamente un enorme valor, que le hizo sobreponerse incluso a tres cornadas.
Con esas excepcionales condiciones, el cuatralbo llegaba a torear con mucho temple, despaciosidad y cercanía a los cuernos, así como mostraba ante los toros una gran "personalidad" que muy pronto le granjeó una merecida fama y, a su jinete, grandes triunfos en todas las plazas del mundo.
Las vida activa de 'Cagancho' en los ruedos coincidió con el lanzamiento y la consolidación de Hermoso de Mendoza no sólo como número uno del rejoneo sino también como un auténtico revolucionario de esta especialidad taurina, en tanto que intentó siempre equiparar el mando a caballo sobre las embestidas de los toros con el de los toreros de a pie.
Desde que el navarro debutó con él en septiembre de 1991 en la localidad zaragozana de Ejea de los Caballeros, este famoso caballo, como una poderosa "muleta" de 400 kilos, fue su gran baza para conseguir sus novedosos objetivos durante la que ha sido ya considerada como la "edad de oro" del rejoneo.
Las últimas apariciones en público de 'Cagancho' fueron en la temporada de 2002, cuando recibió el homenaje efusivo de las aficiones de Sevilla, Madrid, Pamplona -incluso aquí con salida del animal por la puerta grande- y México D.F., donde el rejoneador, después de enfrentarle al último toro de su vida, le quitó la montura y las riendas y le dejó galopar en libertad por el ruedo de la Monumental.
Desde entonces, el longevo 'Cagancho' no volvió a ser montado más que una vez por una de las hijas de Hermoso, y disfrutó, también como semental de la yeguada, de todas las comodidades y los máximos cuidados en la finca Zaraputz, hasta que este miércoles sufrió el ictus que acabó con su vida pero no con su leyenda.
FUENTE: diariodenavarra.es