Ocho con Ocho: Celebrar y preocuparse
Por: Luis Ramón Carazo.
El domingo 23 de noviembre de 2014 en La México me parece que fue de celebrarse la confirmación de alternativa de Fermín Espinosa Armillita; la confirmación del valor sereno y a toda prueba de Miguel Ángel Perera; así como los deseos por triunfar que muestra el queretano Octavio García El Payo.
Es gratificante ver que la cuidada formación de Fermín va en ascenso, se muestra como un torero sereno y con gran inclinación por el toreo artístico y clásico que prevalece en la Casa Espinosa de tantos años de tradición. Fue una sorpresa agradable verle por primera vez en la capital y ya como matador de toros, pues como todos los sucesores del gran Maestro de Saltillo, Fermín,desde su tío Manolo Espinosa, pasando por su papá y su tío Miguel, ninguno ha venido como novillero para actuar en la ciudad de México.
Perera por su parte demostró el momento que vivió en una de las temporadas más rotundas de su carrera en España y si allá le hace florituras y torea a milímetros de las encornaduras con astados como los de Madrid o Bilbao ¡Que le duran para andar en esos terrenos, los animales como los de su lote de Bernaldo de Quiroz o el de Vistahermosa de regalo de discretas o nulas arboladuras! En el caso de El Payo denodadamente buscó triunfar a toda costa.
La parte preocupante me parece es que la convocatoria popular ha sido más bien discreta, ya veremos cómo le va en ese renglón a Zotoluco la próxima semana, cuando encarara él solo la responsabilidad del éxito artístico y económico de la tarde del 30 de noviembre con toros de diferentes ganaderías un hecho histórico y poco frecuente en el toreo, una encerrona.
Me pregunta un amable lector que si le pudiera definir que entiendo por el término toro light y con todo gusto se lo defino con tres conceptos: gordura, nobleza extrema y juventud; de manera preocupante el grial de ganaderos como los del domingo pasado pues Bernaldo de Quiroz, y los de regalo de Vistahermosa y de Barralva no desentonaron en el renglón de comportamiento y catadura, el domingo pasado en La México, fueron parejos.
Me parece muy preocupante que gracias a esas características físicas y de comportamiento se haga innecesaria la suerte de varas que se practicó el domingo pasado de manera simbólica y para cumplir con el expediente pero que si no se hubiera picado me parece que no hubiera habido gran cambio. Seguramente a muchos ganaderos no les preocupa tanto, pero el comportamiento en el tercio final con la lengua de corbata a la hora de embestir, es como para reflexionar si vale cargarse a la acometividad y codicia en aras de uno o dos toros de carretilla de cuando en cuando.
En la temporada pasada y en el estilo de extrema nobleza que le gusta a Javier Bernaldo se lidió un toro Costurero que fue gran materia prima para la mejor faena de la temporada (malograda con la espada por Juan Pablo Sánchez) a esa calidad le apuestan los que imponen a los toros light y por eso son animales de los carteles llamados rematados, sin embargo el que de seis toros el único que diera prestaciones positivas fuera el primero de la tarde, el de la confirmación de alternativa de Fermín, es como para que lo reflexione el ganadero y sus colegas que enviaron los toros de regalo.
Claro que cada quién tiene su concepto y los que creemos que el toro maduro, con musculatura y acometividad equilibrada con nobleza, sería mejor que el toro light, no somos los que escogemos los toros para las corridas, pero cuando menos que se preocupen los veedores pues es cada vez más evidente que el toreo gana en plasticidad, pero pierde en pasión y en sensación de peligro cada tarde en nuestro país, salvo honrosas excepciones. Si eso está bien, ya veremos si para quienes nos lo imponen (toreros y ganaderos) su estrategia es buena fórmula. Visto lo visto, muchos dudamos que así sea.