LA MÉXICO POR LA BORDA-DEBACLE DE LA AFICIÓN Y LA NOVILLERÍA MEXICANAS
El momento de la cornada de Héctor de Ávila. FOTO: Edmundo Toca Olguín. |
Justo cuando deseábamos que el taurinísimo y la afición junto con el novillo serio, prevalecieran en la novillada sexta, se resquebraja la ilusión de los pocos taurinos en lo que ha sido la mejor entrada de la Temporada. Cuando el naufragio del festejo es latente y el quinto novillo parece traer el orden tan necesario, todo se va al garete en un imperdonable error toreril. La Temporada sufre un terrible y desconcertante bache que esperemos, una vez más, sea corregido a partir del próximo domingo. Quedan seis y veremos si a la Empresa le queda algo más de interés en la novillería que la simpleza presentada ayer tarde.
Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA.
Solo hacia falta al catalogo de chuflerías acaecidas en La México en la última época las ocurridas hoy por la tarde, ésta de espléndido clima en Mixcoac, que taurinamente es desperdiciada por la Empresa que pierde la oportunidad, a pleno sol, de echar a andar la Temporada tras la salida a hombros hace ocho días.
Ni por asomo ha sido éste de la seriedad que trajo consigo el festejo anterior.
Y todo empezando por el principio, el encierro.
El Ingeniero Guadiana, siempre propio y correcto, hombre de fino trato e indudable entusiasmo taurino, sale con que solo nos manda dos novillos de impecable presencia, cuarto y quinto. El resto, una serie de escalones, vados y baches taurino que componen el desigual encierro que contrasta para mal con la hechura del lidiado el año pasado y la seriedad de su corrida la Temporada Grande anterior.
Por ello a la salida del quinto, precioso cárdeno oscuro y nevado de borla blanca por rabo y bien nombrado “Norteño”, la tarde parece tener la oportunidad de componerse de tanta tropelía en los tendidos, empezando por los vendedores, pasando por la inútil y declinante autoridad, hasta llegar a parte de la asistencia, la peor en los últimos años en la Plaza.
Es como si de pronto alguno de estos miércoles asiste al octogenario Teatro Nacional de México, Palacio de Bellas Artes, una runfla de desorientados y empiezan a corear repetidamente el nombre de un mariachi o de una bailarina que debute con Amalia Hernández sería algo poco menos que impropio, falto de respeto y de madurez. Pero está ocurriendo que el gremio taurino militante, el oficialismo y los voceros actuales, observan estos fenómenos hasta con gracia.
Captan, dicen, nuevo público que “tanto bien hace al ‘anticuado’ espectáculo taurino”
Y tienen razón.
Aclaro, aciertan en lo de público, porque estos ocasionales de taurinos no tienen nada, se comportan igual que en el antro o la tribuna de un estadio. Y reitero, el oficialismo falla en otorgar bondades a estos especímenes a los que durante muchos no son capaces de educar, atraer y/o de hacer del espectáculo taurino una oferta mejor. Porque si después del paso de Nicolás Gutiérrez el gancho es un amador inexperto, como Torre, que trae foracados, como los hidalguenses, es demasiado poco para es tanto para ese “público” como para los resignados taurinos.
Minoría absoluta en el Coso.
Que perdonan que el joven Sebastián Torre se arrime poco al novillo, estrecho y chico de la antigua Jesús Cabrera, protestón pero con voluntad para embestir.
Que a caballo también hay que arrimarse, tocar el pitón contrario en los cites, no salirse antes de las suertes y evitar que la peonada, encabezada por Carlos Sánchez Torreblanca, se de a veroniquear a placer flexionando la rodilla. Torre es un joven que va a mejorar con el tiempo pero ante un novillo con duración y emoción solo es capaz de emocionar poco, sin evitar tiempos muertos, clavar a la pasada y la chocante intervención de los peones.
Mata mal Sebastián tras la pega de los forcados, el momento de la tarde, aclamadísimos en su gran encuentro donde someten al novillo con una afición que ya se bate en las palmas durante el cite lo mismo que en los gritos de porras.
Luego, el naufragio comenzaría con un novillero colombiano denominado “El Tranquilo” que se queda como tal al desperdiciar al primero de lidia ordinaria que claro se cuela como respuesta a no taparle ni por dentro ni por fuera y que, no obstante iniciar bien con el capote, le hace ver limitado y desperdiciar al novillo que cuando se le embarca y se le toca con el engaño puesto toma el trapo.
Nada más que agregar.
Y de ahí la frustración de ver a un novillero displicente como Pérez Pauloba, que se da el lujo de que le roben la escena al sacar a Gustavo Campos a compartir el tercio. Una oportunidad a un solo novillo en La México es un suspiro que no da tiempo ni de compartirse, menos ante un astado horrendo, zancudo, estrecho, pobre y feo de cara, ausente de toda finura y al que le hace ver fatal en banderillas.
Falla en el primer par, deja un palo y al relance deja el otro, valiéndole poco la categoría de la Plaza –como a muchos ya- y su propio sitio,Campos lo baña y su cuarto par sobra. Peor con la muleta ante un mulo que no ha servido ni para la carne. Y para rematar el aburrimiento, un novillero que en un año no ha avanzado nada como“El Moso”, asustado con la presencia del serio y cornalón cuarto.
Su cabeceo, su vuelta pronta y la intención de mirar desafiante siempre al diestro, termina por mostrar a Villafuerte con el paso siempre para atrás en los muletazos y vaya que le ha costado horrores y temores quedarse quieto y obligar al novillo que ha pasado y varias veces por su muleta, incluso le alcanza a ligar en medio del olé de algunos taurinos y la distracción, la juerga y el relajo de “el nuevo público”
Pero como ha sido “la mejor entrada de la Temporada” tememos que esto se repetirá.
Se piensa en todo menos en el aficionado taurino.
Y como en todo aquello que va bien hay siempre un momento en que, si llegan los descuidos, las cosas pueden acabar mal, cuando todo va mal, antes de que puedan hacer irrupción los volcanes del mundo, hay un instante en que todo se puede arreglar, en que las diferencias pueden arreglarse y el entendimiento puede llegar.
En los toros, la emoción incomparable del espectáculo, atrapa incluso al “público”
Mal de montera, le decían antes.
Justo cuando pueden las cosas componerse, cuando se anuncia al quinto entre porras y coros entonando su nombre de pila, el debutante De Ávila se va a los medios despertando expectación. Esta se extiende al consumar la larga y repetirla en tablas, no obstante más con mantazos que con capotazos logra lancear y rematar con media estimable al precioso y ya mencionado “Norteño” con todas las hechuras de su histórico encaste por fachada.
Tras empujar firme al caballo, “Norteño” se vence de pronto, lo muestra en la segunda larga de rodillas e igualmente al doblar contrario en el quite y se refugia cerca de toriles. Dos capotazos buenos en realidad llevan al toro por fuera de las rayas pero llega el viento y el toro rasca termina llevando a De Ávila a donde el novillo quiere, el toril.
Y el diestro no advierte que el toro, como buen cabrereño, sin decir mucho, algo mustio, está entero, el puyazo no ha sido suficiente y requiere ser sometido por bajo, claro es sus manos echándose hacia el frente.
El novillero está más pendiente del brindis que del novillo.
El relamido y brindado apoderado igualmente.
Y por ello es explicable el cite en los medios, a pleno viento e intentando quedarse quieto solo para irse corneado entre el asombro o la risa o el sofoco de las señoras impactadas. A estos toros, nos lo demostraron en la Temporada Grande pasada, a este encaste no se le puede perdonar nada ni otorgárseles el mínimo resquicio porque lo van a tomar y arrollar, como lo hace el novillo con “El Tranquilo” de quien la Autoridad, el impresentable Juan Vázquez, no se sabe el nombre en pleno sonido local.
Petardo.
Como también lo es colocar a una chica inexperta completamente como Marlene Cabrera quien inhibió la lidia de salida pese a lo estrecho y feo del sexto, un novillo de astas terriblemente presentadas. Solo Dios y las sombras del cajón sabrán qué ocurrió.
Lo cierto es que la Cabrera lo intenta pero no puede con el capote ante un manso de libro que manos más expertas habrían encontrado mejor solución muleteril. Ella se encuentra una estocada de casualidad y una vuelta al ruedo por su cuenta y a cuenta de un taurinismo declinante.
Ese taurinísimo que hoy encuentra todos los pretextos y las empresas se los dan para no ir a los toros, el oficialismo que se empeña a no criticar lo ocurrido ni a subrayar que en setenta años de Plaza México tristemente la afición taurina, la torería y la dignidad se están echando por la borda como cansadas ya de proseguir en un barco lleno de disparidad.
Menos mal Jesús Morales no abonó una oreja más a su balance. Poco faltó.
¿Qué le queda a la auténtica Afición sino luchar e ir, a pesar de todo a la Plaza?
Solo ahí podemos evitar el rescate de nuestra vapuleada Fiesta.
Solo ahí podemos protestar lo que nuestro boleto importa y no dejar que la Plaza México se siga llenando de mamarrachos, boca secas, malos amigos y chuflas…
Y si acaso no hay solución… no habrá quedado en nosotros la ruina de la Fiesta. Ya tocó la de sombra. Que este otro domingo puede tocar la de sol.
Solo el deseo nos queda.
Twitter: @CaballoNegroII.
RESUMEN DEL FESTEJO.
Plaza México. Temporada de Novilladas 2015. Domingo, Agosto 9. Sexto festejo de Temporada Chica. Un cuarto de Plaza en tarde de clima espléndido en tarde soleada los primeros cuatro turnos, nublado sin amenaza de lluvia al final. Viento en diversos turnos de la lidia, intermitente y molesto.
6 Novillos, 6 de D’ Guadiana (Divisa Rosa, Blanco y Verde) el primero para rejones, chico aunque con emoción en su embestida no obstante lo manso. Dispareja de presencia y sospechosa de pitones principalmente el sexto de la tarde. Pobres de cara en lo general, salvo los lidiados en cuarto y quinto turnos. Feo, manso y débil el cuarto, con posibilidades el que abre lidia ordinaria; el cuarto duró muy poco.
El Rejoneador Sebastián Torre, División, con los Forcados Hidalguenses que fueron ovacionados. A pie, Juan Viriato “El Tranquilo” (Sangre de Toro y Oro) Silencio y Silencio en el que mató por el quinto espada. Pérez de Pauloba (Celeste y Oro) Silencio. Emiliano Villafuerte “El Moso”(Celeste y Plata) División tras Aviso. Héctor de Ávila (Canela y Azabache) Ovación tras retirarse a la Enfermería. Marlene Cabrera (Champaña y Oro) Vuelta por su cuenta con división.
Primero, Quinto y Sexto espada nuevos en esta Plaza.
Petardo de la Autoridad al no poder recordar el asesor, Juan Vázquez, el nombre del primer espada que da muerte al quino de la tarde y quedar exhibidos por el sonido local.
De nuevo las cuadrillas empecinadas a dar la nota mala por su mala colocación, pésimos reflejos y constantes enganchones en la lidia, en especial Rubén Ávila, desarmado en el quinto.
PARTE MÉDICO DE HÉCTOR DE ÁVILA.
Durante la lidia del 5º astado el novillero Héctor Alberto de Ávila Rubio, al intentar un ayudado por alto en los medios, arrancándose el toro de largo y con toda su fuerza le propina una gravísima cornada directa en la cara externa del muslo izquierdo, con 2 trayectorias, la primera hacia arriba y afuera de 30 cm. y otra abajo y adentro de 20 cm. que descubren el paquete neurovascular femoral profundo, causando desgarros considerables en piel, tejido celular y músculos posterolaterales de la región, siendo esta una grave lesión de alta energía, ameritó una exhaustiva exploración y lavado quirúrgico, además se efectuó reparación por planos de los tejidos lesionados. Al ser cornado fue lanzado de manera aparatosa sufriendo numerosas contusiones de las cuales se encuentran en tratamiento.
De no presentarse complicaciones será dado de alta el próximo miércoles y podrá volver a torear de 3 a 4 semanas.
Firma del Dr. Rafael Vázquez Bayod/ Jefe del Servicio Médico de la Plaza México.