Curiosamente, la victima de ayer como siempre en Madrid fue El Fandi quien, gustos a parte, profesionalmente hablando es mejor torero que Urdiales y Fandiño.
Por José Antonio del Moral.
Acudimos ayer a Las Ventas para ver si triunfaban de una vez seriamente, convincentemente los dos mimados por la afición recalcitrante, o sea los listos. Y digo listos porque, para estos señores, los demás somos tontos que solo vemos carencias cada vez que torean Diego Urdiales y Fandiño. En serio digo que sería el primero en celebrarlo y en cantarlo. Ambos han comparecido en este San Isidro como si fueran figuras con toros para figuras y vamos a ver, repito, si a la tercera es la vencida.
Tienen todo a favor salvo a ellos mismos. Y con todo a favor, hacía mucho tiempo que, tanto la gente como la mayoría de la prensa, nunca habían apoyado cuasi incondicionalmente a dos toreros tan malos. Al contrario que a algunos otros a los que siempre van a verles con la escopeta cargada de mentiras e improperios enlatados.
Si fueran verdaderamente buenos, hace tiempo que lo serían. Los toreros que llegan a ser figuras lo son por sí mismo, no por lo que digan que lo son. ¿Estamos? Pues, mucho que lo siento pero pegaron un petardo de tomo y lomo. Tanto Urdiales como Fandiño carecen de valor auténtico y por eso no son capaces de pensar delante de la cara del toro y menos de templar como es obligado si de verdad se quieren resolver los problemas de la reses o de no estropear las buenas. Que esto es lo que sucedió ayer con los toros cuarto y sexto. Ni mandados a hacer de encargo se puede presumir de ser y acabar como ayer esta pareja de dos que se pasan de autoestima tanto que, al final, dejan en el mayor de los ridículos a los que les defienden incondicionalmente tanto desde la prensa especializada como desde los tendidos. Pero vayamos a los detalles de su frustrado y frustrante evento.
El primer toro fue el único con el hierro de Cortés. Negro con mucha cara. Llegó tras pararse un ratito pero no remató en tablas. Urdialeslo sacó para fuera enseguida de intentarlo con el capote. Apretó mucho para dentro, con viajes cortos y derrotando por arriba. Primer puyazo largo aunque aliviado. El matador riojano renunció a quitar con lucimiento y puso al toro de largo para un levísimo puyazo, saliendo suelto. Esperó mucho y se dolió en banderillas.
Por bajo bien Urdiales. En redondo, de mayor a menor temple con dos enganchones. Al natural: enganchón, dos cortos y más enganchones. Y algunos le aplauden. Dos naturales más, enganchado uno y sale desbordado. Muy tardo ya el burel, más a izquierdas sin que falten los enganchones. Macheteo y a matar. Sin templar, es imposible torear eficazmente. Esto mismo lo hace Manzanares y le matan. El 7, ni pio. Estocada tendida trasera saliendo muy apurado y descabello.
Al cuarto, castaño arremangao de pitones y con mucho cuajo, lo saludó Urdiales con capotazos enganchados. Se quedó corto el toro y echó la cara arriba. Pero el temple también hay que practicarlo con los toros malos aunque haya que sacrificar la estética. Es muy difícil. Pero es así y por eso solo lo logran hacer los grandes toreros. Primer puyazo en forma pero suelto el animal tras recibirlo. Lo mismo sucedió en el segundo que terminó repuchándose. Espeluznante cogida de Domingo Valencia al hacer un quite a un peón de Urdiales. Se lo llevaron a la enfermería con trazas de haber sido gravemente herido. El tercio continuó para bien.
Urdiales empezó la faena sobre las rayas con pases por alto diestros sin intención de lucirse. Y casi en los medios, siguió por redondos sin conseguir nada digno de mención salvo una trincherilla de remate. Peor y más molesto el toro por el lado izquierdo, al natural casi todo fue un desastre. Y la gente le aplaudió. Bula engañosa para el de Arnedo. Más a derechas un tanto descolocado y acelerado, cuando no enganchado… Y más aplausos. Hablando de la mala colocación, por citar al natural muy por las afueras, el toro vio la ventana tan abierta que se fue a por el, librándose de milagro. La cosa terminó con el toro rajado por un lado y el torero por otro pegando un mitin propio de un incompetente.
Qué petardo además ¡aplaudido¡ Insistió ya entre algunos pitos. Sabía que era la última tras dos anteriores y que ya no volverían a darle otras tres en Madrid por San Isidro aunque, quien sabe, en esta plaza con esta afición que prefiere lo malo a lo bueno, todo puede pasar… Para colmo, pinchó saliendo desarmado el matador y quien le hizo el quite. Todo se pega, como en botica. Aviso y estocada trasera y más desarmes del peonaje.
Fandiño se asomó desde el burladero entre rumores. Y el tercer toro, otro negro muy descarado de pitones, muy suelto de salida. Fandiñolanceó con buenas maneras pero sin templar en su recibo. Primer puyazo en forma. Bien Fandiño en la brega para llevarlo al caballo. Se distrajo el toro antes de recibir el segundo puyazo al que tardó mucho en acudir. Por fin lo tomó saliendo suelto y perdiendo las manos.Urdiales desistió de hacer el quite que le correspondía. Muy parado el toro en banderillas. Bien Pedro Lara en la brega y buenos pares deJesús Arruga y Miguel Martín, que recibieron una calurosa ovación. El toro se dolió mucho en palos. Y la faena: Farol de rodillas y altos con la derecha. Dos de pecho enganchados. Entre que el toro repuso y perdió las manos, no acabó de centrarse Fandiño con la izquierda, aunque algún natural salió largo para terminar con un buen pase de pecho. El toro tuvo fijeza. Buenas intenciones en cuanto a maneras deFandiño, pero sin templar lo debido. Mejoró el trasteo con una nueva tanda a derechas pese a resultar imperfecta. El toro ya con pocas ganas de embestir. Fandiño de nuevo con buenas maneras, pero de nuevo sin terminar de templarse. Dos buenos y al rematar con el de pecho, pérdida de manos del toro. Vuelto a izquierdas, al fin pegó una buena tanda demostrando que el toro era mucho mejor de lo que a él le había parecido. Empeñado en seguir al natural y con el toro ya muy venido abajo, solo le salió bien el cambio de mano y el desplante. Ni fu ni fa. Había que resolver y no lo consiguió. Estocada y ligera división al intentar saludar en el tercio.
El sexto, castaño y noble en el capote, bien manejado por Fandiño, especialmente en la media de remate. En la brega, templó. Buen primer puyazo aliviado. Sin quitar Fandiño, segundo puyazo también aliviado. El toro se fue arriba en banderillas. Buenos pares de Pedro Lara y de Jesús Arruga. Y hay toro, señores. Brindis de Fandiño. Empezó la faena en los medios con la derecha a lo Castella, con pases cambiados por la espalda ligados a sendos de pecho y con una trinchera enganchada. Distancia para tres redondos y el de pecho, muy vulgares aunque muy aplaudidos. Recortes al cambiar de terrenos. Mal hecho. Los toros se duelen con los recortes. Y más a derechas, deslavazado y sin lograr templar como merecía el burel. Al natural: enganchó en el primero. E incapaz en los demás. Otro petardo, señor Fandiño. Había toro y Fandiño lo empeoró. En los tres derechazos siguientes, tardeó el toro y la gente perdió la paciencia. A por la espada de acero. Otro que tal baila como Urdiales, Fandiñoanduvo para no volver. Pinchazo. Otro hondo. Descabello…Me voy… me voy… me voy….