ADAME EN MADRID * EL CABO AL AÑO
Con detalles la detalló
José
Guadalupe Adame a título propio y a mérito de sus apoderados que le
consiguieron dos tardes en la Feria de San Isidro, lo cual no debió de haber
sido sencillo, salió al albero a dar a tope lo que él tiene en la espuerta que
es valor y enjundia, con lo que le alcanzó pa’ arrancarle a mordidas una oreja
a un toro cuya carrocería le permitió
movilidad, son y fijeza, como virtudes primarias aunque también traía el gourmet de la bravura, el temple, pero eso
se cocina aparte y los que de esto entienden, saben, que eso es pa’ los toreros
chefs que aderezan con aroma. Y el aguascalentense no maneja ese sazón, lo que
tampoco es un pecado y si hasta meritorio sobre todo cuando se le engarzan
detalles algunos de muy buen talante y excepciones solidas como los lances garcistas
rodilla en tierra y esto solamente lo señalo pa’que no me vayan a reclamar que
el toro merecía más y que no me di color de ello, los que no se dieron color de
ello son quienes ignoraron que la oreja se la dieron básicamente por el
estoconazo y no por las telas. Las cosas como son.
Deseos del Cabo
‘Quiero
ir con el grupo a Portugal, casarme con mi adorada Mariana tener un hijo y
luego retirarme y ahorita sacar el libro de Los Forcados Hidalguenses´.Esto
eran los deseos del Cabo Eduardo del Villar, un hombre que ardió en valor y
pasión, y seguía diciendo - Si un toro me mata, todo por lo que lucho no habrá
valido - ¡Si Cabo! si habrá valido, lo que pasa es que lo matrimonial no va a
cristalizar, lo del retiro si te pintas
de colores es una forma de irte del toro y de la vida en plenitud como se van
los grandes como se fue Manolete, Valente Arellano y Eduardo Funtanet, y lo del libro pues eso es voluntad y
legado tuyo y ¿quién sabe si lo sea de
los demás? - Bardo platícame de la muerte, me interesa pa’ que no me vaya
agarrar desprevenido - La única forma en que la muerte no te agarra
desprevenido es, si le has cumplido a la vida, hoy a un año que un toro
pasaportara al Cabo hacía la tierra de
nunca jamás aquí sigue estando sin
estar, su barrete nuevo, el del obsequio con algunas reliquias que él le zurció
por dentro, lo descanso sobre mi hombro buscando con su cercanía mitigar el dolor de la
irreparable pérdida, aquí está ese cofrecito que guarda suspiros de melancolía
y que está custodiado por una rosa
blanca que gime roció de ausencia, leo tus memorias que en sí son las de Los
Forcados Hidalguenses, a los que tú les distes vida y ellos te la dieron a ti, ahí están registradas
las primeras andanzas, los primeros sacrificios, las primeras entregas de esa
vida azarosa y a la vez luminosa de un puñado de espartanos
aventureros de los alberos, hasta ahora me percato que estamos hablando en
pasado, como si ya no estuvieses aquí, como si no estuvieras dentro del espíritu
de cada uno de los sucesores de tu legado de jugarse la vida frente al toro por el puro
gusto de hacerlo, veo una fotografía de las primeras tardes del grupo cuando
aún no se enfundaban en sus vestimentas de lujo y le salían al toro entubados
en mezclilla y forrado el pecho con camisas blancas, ahora recién escucho el
huapango que la maestra mágica les compusiera 'Forcados Hidalguenses' para que
por idea tuya mientras se vistieran para
el combate lo escucharan, ya es un año de vivir en cenizas mayo 2014 - 2015,
por eso en Tulancingo tu tierra de la que partiste y a la que regresaste, tus
hermanos con sus propias manos, con su coraje ardiente, con su voluntad
inquebrantable avivados por tu recuerdo, motivados por tu ejemplo, levantaron
una plaza de toros la pusieron mirando al cielo, la vistieron de colores y con un par de cojones cada uno salió a dar la
cara al destino y al toro, a todos ellos los abrazo por colleras
simbolizando admiración y respeto sin que falte la gratitud por recordar al
hombre forcado que los puso en ese camino el que solo es pa’ los muy hombres.